Infojus: Muerte de Nisman: una prueba de disparo con la pistola y una almohada

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Muerte de Nisman: una prueba de disparo con la pistola y una almohada

| Fuente: Infojus Noticias | Fecha de publicación: 2015-02-13 | Por: Juan Carrá | Fecha de captura:: 2016-01-20 11:48

Es la pericia que Gendarmería le recomendó hacer al secretario de la Fiscalía de Instrucción 45, Bernardo Chirichella, cuando estuvo en Salta. De esa forma, según los peritos de la fuerza de seguridad, se puede analizar cómo se comporta la pistola. Un criminalista consultado por Infojus Noticias dijo que sirve “para simular un disparo de contacto”. Fuentes cercanas al expediente adelantaron que la fiscal cree que el peritaje “no tendrá certeza probatoria”.

En la mano derecha de Alberto Nisman estaba el arma que le causó la muerte. Entre su cuerpo y el inodoro, una vaina servida de una bala calibre .22. Los peritajes realizados sobre las muestras tomadas de las manos y la remera del fiscal a cargo de la UFI AMIA dicen que en ellas no hay restos ni de pólvora ni de fulminante. Los peritos de Gendarmería que realizaron la prueba en el  Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) del Ministerio Público de Salta le recomendaron al secretario de la Fiscalía de Instrucción 45 que presenció el peritaje, Bernardo Chirichella, realizar una prueba de disparo con el arma hallada en la escena del crimen usando una almohada, para analizar cómo se comporta la pistola. La misma prueba ya había sido sugerida por la jueza Fabiana Palmaghini. Sin embargo, fuentes cercanas al expediente adelantaron que la fiscal Viviana Fein entiende que esa prueba “no tendrá certeza probatoria”.

Especialistas consultados por Infojus Noticias coinciden con la posición de la fiscal. Es que un elemento central para que el chequeo sea certero ya no existe: el proyectil. “Es un solo cartucho, un solo tiro: un caso único”, sentenció Luis Alberto Olavarría, licenciado en criminalística, docente universitario y director forense del grupo Equipo Forense en Investigación Criminal (EFIC). En el mismo sentido, otro profesional en la materia -que prefirió no dar su nombre- graficó con la siguiente frase: “Esto no es matemática”. Olavarría estimó que el uso de una almohada, de lana o estopa, se usa “para simular un disparo de contacto”. De esta manera, los peritos podrían analizar no solo los restos de deflagración hacia atrás y hacia adelante.

Los dos peritos coinciden en que la pericia del disparo es al menos poco certera. Olavarría se anima, incluso, a decir que “puede confundir”. Desde su mirada profesional, que el barrido electrónico haya dado negativo no significa que Nisman no haya sido el tirador. “Los resultados de una muestra deben ser interpretadas utilizando distintos enfoques”, explicó y profundizó: “En los estudios estadísticos en la provincia de Buenos Aires, sobre todo con calibres 22, el 50 por ciento de los casos arrojó resultados negativos”. No es la única estadística que Olavarría recuerda: “En Estados Unidos, Vincent Di Maio –una eminencia en estos temas– demostró que, en casos de pericias de barrido en calibres .22, el 11 por ciento de los casos arrojó resultados positivos, mientras que con calibre 45, el resultado fue del 70 por ciento. Es un número importante 70 por ciento, pero no es la totalidad”, dijo.

Otro trabajo de Di Maio, que Olavarría citó, habla de un estudio sobre más unos 120 casos de suicidios con distintos calibres. “Los estudios se hicieron con microscopía de barrio electrónico como en el caso Nisman. Di Maio llegó a la conclusión de que no se puede utilizar solamente el resultado de estas pericias para determinar si se trató de un homicidio o de un suicidio. En sus pruebas, sólo el 50 por ciento de los casos dio positivo”, explicó y dijo que el dato de la pericia, lejos de dar una certeza por sí mismo, es “un número más que hay que contextualizar con otros elementos de la escena del crimen. Si da negativo no se puede interpretar de forma concluyente como que no haya disparado”.

¿Por qué puede dar negativo?

“Hay muchas situaciones que pueden combinarse para que una pericia de este tipo dé negativo”, explicó Olavarría y detalló algunas de ellas:

-Tipo de arma: un revólver tiene mayor probabilidad de dejar residuos que una pistola. El primero es de cámara abierta, la otra es más cerrada, más compacta. “Ante la misma cantidad de disparos, la pistola debería dejar menos residuos”, explicó el perito.

-El calibre del arma: en este punto, Olavarría volvió a la referencia estadística del estudio de Di Maio: “En calibre .22 en EEUU se demostró que el 11 por ciento de los casos arrojó resultados positivos”. En este calibre además, el fulminante de la bala está alojado en forma de anillo en la parte inferior de la vaina. Eso hace que los restos de plomo, antimonio o bario sean expulsado hacia adelante y no hacia atrás.

-Cantidad de disparos realizados: a mayor cantidad de disparos mayor es la posibilidad de hallar partículas.

-Toma de muestra: “¿Puede haber una toma de muestras deficiente? –se preguntó el perito–  Y, sí”. Es tan microscópico todo que a la hora de tomar las muestras hay que tener todos los recaudos necesarios para hacerlo correctamente y no contaminar.

-Interferencia: la sangre adherida a la mano puede interferir. Olavarría explicó: “Si el perito se pone los guantes al lado del cadáver y tienen talco, sus partículas puede convertirse en una barrera microscópica que impide que no se vean los metales que hay detrás. Eso sería un falso negativo: debió haber dado positivo pero algo falló”.

-Posición del arma: no es lo mismo si el arma está para arriba, de costado o dada vuelta.

-El estado de la bala: un cartucho viejo deflagra menos porque la pólvora puede estar humedecida y/o la detonación del fulminante es deficiente. Se produce el tiro, pero con menor potencia. “Me ha pasado en ensayos de comprobar que hasta con un 40 por ciento de pólvora un proyectil puede salir. Es decir que el 60 por ciento restante podría estar deficiente y todo eso incide en cuántas partículas quedan sobre el tirador”.

-En el caso Nisman muchos de estos elementos aparecen a simple vista: el arma utilizada fue una pistola la cual fue hallada en la escena del crimen. También la vaina servida que confirma que se utilizó esa pistola calibre .22. Hubo solamente un disparo. El resto, no se cuenta con la información necesaria para saberlo.

Calibre .22

Que el arma con la que perdió la vida Nisman sea calibre .22 agrega un elemento más de dificultad a un expediente intrincado. A pesar de tener fama de ser inofensivo, los peritos opinan lo contario: “Escucho permanentemente que se lo subestima al calibre 22, la velocidad que tiene el proyectil del calibre 22 largo rifle puede ser similar a la de una 9 milímetros. Es un calibre muy versátil porque se usa en revólver, pistola o carabina, es fácil de conseguir, es económico”, dijo Olavarría. Si bien es el menos potente, en corta distancia su poder de penetración hace que el proyectil una vez dentro del cuerpo describa una trayectoria errática e imprevisible causando lesiones internas que en muchos de los casos llegan a ser mortales. 

La fiscal Fein confirmó que la bala que mató al fiscal Alberto Nisman ingresó por encima de su oreja derecha a tres centímetros “de la inserción del pabellón auricular”. Las pericias llegaron a la conclusión que el recorrido del proyectil fue “ligeramente ascendente”, de menos de 30 grados. “Ese recorrido del proyectil y el orificio de ingreso son “compatibles” con una lesión autoinfligida”, consta en el expediente.

El proyectil atravesó el hueso y dejó en la piel el “tatuaje de pólvora” y quedó alojado en el interior del cráneo. El licenciado en Criminalística que se desempeña como técnico forense en el Poder Judicial bonaerense, Gastón Intelisano explicó a Infojus Noticias que el calibre .22  casi nunca deja orificio de salida en la víctima. “En el caso del cráneo, al ser una superficie dura, la bala ingresa pero queda rebotando adentro hasta que se aloja en el cerebro”, explicó el perito. Para otro de los peritos consultados, el hecho de que no haya orificio de salida complica la posibilidad de determinar en qué posición estaba el tirador en el momento del disparo. “Eso incluso pone en duda la trayectoria”, confió.

Intelisano coincidió con la información surgida del expediente: “En los disparos a muy corta distancia en el cadáver queda lo que se llama tatuaje que son las partículas de pólvora que por el calor de la ignición se meten dentro de la piel”. Además, el perito distinguió entre tatuaje y ahumamiento: “El ahumamiento es superficial, sale al cepillarlo en la mesa de autopsia, en cambio el tatuaje no”, dijo. 


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