Si hay algo que hay que reconocerle a este gobierno, es que paga los favores rápido. Una de las primeras medidas que tomó Mauricio Macri a dias de asumir, fué la anulación por decreto, de todas las trabas que le ponía la Ley de Medios Audiovisuales al grupo Clarín. No solo evitó la desinversión del grupo hegemónico, si no que también le permitió concretar en el día de hoy, uno de sus mas grandes objetivos: copar el rubro de las telecomunicaciones, y expandir su monopolio.

Pero no se conformaron con este enorme favor, el grupo recibió otra gran ayuda de Macri al impedirle a las telefónicas que entren en el negocio de la televisión por cable (donde Clarín tiene prácticamente un monopolio), por un plazo de 3 años, que es lo que le tomaría a Clarín, convertir a 4g la red de antenas de Nextel. Este sería el primer gran paso, antes de que el grupo avance a su objetivo final, que es sumar al grupo otro gran monopolio, el de Telecom.

Mientras tanto, los gobiernos cambian, alternan entre democráticos y de facto, progresistas y liberales, pero el poder real en la Argentina, siempre se mantiene intacto en las manos del Grupo Clarín.

Ante la falta de control por parte del Gobierno, las cadenas de supermercados se sienten libres de aumentar sus márgenes de ganancias en forma escandalosa, y a expensas de los consumidores.

Impulsadas por el resultado de la elecciones presidenciales y la expectativa (devenida en realidad) de una gran devaluación, las grandes cadenas de supermercados generaron escalada de precios que no tiene ninguna relación con sus costos.

Desde el Gobierno se había prometido negociar con los productores y supermercadistas para retrotraer los pecios a noviembre de 2015, pero lejos de esto, en el Ministerio de Economía se está despidiendo en forma masiva a trabajadores cuya función principal, era la de proteger a los consumidores con programas como Precios Cuidados. Estas remarcaciones son indiscriminadas y sin ninguna justificación real, mas que la de aumentar las ganancias a expensas de los clientes.

Como se puede leer en el artículo de Página 12, en algunos casos la remarcación se triplicó, haciendo que productos como la naranja para jugo, que tenia una remarcación de un 35% pasase a tener una de %130.

Este es el efecto real e inmediato de un estado ausente que deja todo librado al mercado, y espera inocentemente que las grandes empresas no abusen y sean altruistas, o como prefiere llamarlo Mauricio Macri: “Un país normal”.

Durante la campaña, y por lo menos durante los primeros días del gobierno, los medios de comunicación monopólicos no escatimaron en elogios al equipo económico de la actual gestión. No dudan en denominarlo como el “Dream Team” (equipo soñado) de la economía.

Esto se pudo apreciar con claridad durante la cobertura que le dieron a la gira que realizó Macri por Davos la semana pasada, o cada vez que se el gobierno hace un nuevo anuncio en materia económica.

Buscan instalar la idea de que este nuevo equipo posee una capacidad técnica insuperable, y que gracias a esto, van a poder corregir los errores que cometió la gestión anterior por impericia, corrupción o cosas incluso peores. No tienen en cuenta que seguramente, las diferencias son mas ideológicas que en capacidad técnica.

Dese este punto de vista, creen fervientemente, que cuando los mercados vean a este equipo económico, lleno de superestrellas financieras, como Prat Gay, Sturzenegger, etc., se generará un “shock de confianza”, que hará que al país le lluevan las inversiones.

Sin ir mas lejos, cuando Prat Gay anunció la mega devaluación y apertura del “cepo” cambiario, hace ya mas de un mes, dijo que se sentían confiados en poder incrementar las reservas del banco central en unos 15 o 25 mil millones de dólares durante las primeras cuatro semanas.

Hoy, agotado ese plazo, la realidad muestra algo muy distinto, ya que sólo se lograron 5 mil millones de dólares, de los cuales, 3 mil millones corresponden a la reconversión a dolares de yuanes del swap con China negociado por el gobierno kirchnerista.

No fué negocio darle todo lo que pedían a las cerealeras, ya que a pesar de que el gobierno cumplió con su parte devaluando y eliminando las retenciones, estas no llegaron a aportar ni la mitad de los dolares que habían comprometido. De los 5 mil millones que esperaban obtener de la colocación de los Bonar 2020, no lograron obtener ni un solo dólar, cuando se suponía que la confianza que estaban generando, iba a hacer que los bonos se vendieran como pan caliente.

Todo indica que el “dream team” arrancó el primer tiempo perdiendo por goleada, eso si, la hinchada mediática, nunca dejó de alentar.

¿Que es lo que molesta de Milagro Sala? Las respuestas a esta pregunta pueden variar demasiado como para abarcarlas a todas. Por lo general dependen del grado de prejuicio, postura ideológica, interés económico, etc. Pero un factor común que suele aparecer en estas respuestas, es la negación o la falta de interés en conocer lo que opinan los verdaderos actores en toda esta historia.

Esto no es raro, ya que esta postura en contra de Milagro Sala suele venir de personas que consciente o inconscientemente se colocan a si mismas en una posición de superioridad al opinar. El hecho de que Sala sea mujer, de orígenes pobres, que tenga los rasgos físicos de sus ancestros originarios, y que no acepte la postura sumisa que la sociedad espera de ella, naturaliza en estas personas que se sientan en derecho de opinar de ella desde esta falsa situación de superioridad.

Gritan sus críticas a los cuatro vientos, en pos de una hipócrita defensa de los “mas humildes” que se ven afectados por Milagro. “Humildes” a los que ellos no sienten a la altura de darse cuenta del mal que Salas les esta ocasionando. Los subestiman, necesitan subestimarlos para poder seguir sintiéndose cómodos.

Milagro Sala viene a romper con todo esto, elevando el volumen del reclamo de los que ahora saben con mucha mas convicción que antes, que tienen derechos, y que saben que no hay nadie mejor que ellos mismos para garantizarlos.

Estas voces, que los medios monopólicos niegan, tienen mucho que decir, y Página 12 nos trae a modo de ejemplo las de cuatro cooperativistas que tienen mucho que decir:

Desde las redes sociales, medios oficialistas y también desde el propio gobierno, se está intentando justificar la inmensa cantidad de despidos por parte el estado, instalando la idea de que los despedidos son todos “ñoquis”, o gente que puso el gobierno saliente, días antes de dejar el poder, pero la realidad que se vive en los ministerios y dependencias del estado, dista mucho de esto.

La realidad que se vive ahi, es la de trabajadores con miedo a perder su trabajo, con bronca por ser tildados injustamente de “ñoquis”, con ministros y directores de recursos humanos que no los conocen, pero que los están despidiendo en bloque, sin siquiera tener la delicadeza de dedicarles unos minutos a cada uno para hacerles una entrevista, donde puedan contar cuales son sus tareas diarias, responsabilidades y cualificaciones para los puestos que ocupan.

Trabajadores que sienten la espada de Damocles sobre ellos todo el tiempo, que no saben el verdadero criterio (si es que lo hay) para dejarlos sin trabajo de un dia para otro. Trabajadores que ni siquiera saben cuando se van a acabar los despidos masivos, como para poder volver a respirar tranquilos y poder volver a dedicarse a las tareas que solían realizar. Trabajadores preocupados por el futuro de las políticas que venían desarrollando e impulsando desde sus puestos, porque son conscientes que cuando una administración impulsa una reducción tan grande del estado, cada área u oficina que se elimina, es una política pública en la que el estado deja de estar presente.

En esta nota publicada en Página 12, se entrevista a tres trabajadores despedidos, que son sólo un ejemplo de los miles que ya fueron cesanteados o están bajo el inminente riesgo de serlo también.

Es triste, pero parece ser que la historia se va a repetir, salvo que al contrario del dicho, esta vez sería como tragedia las dos veces.

La última vez que Patricia Bullrich había ocupado un cargo de ministra a nivel nacional, había sido como Ministra de Trabajo durante la era de la Alianza, allá por el año 2000. Durante esa gestión supo batir un triste record, el de desocupación. Durante el año que estuvo al frente del ministerio, se perdieron 750.000 empleos, mas de 2.000 familias por día se quedaron sin su fuente de ingresos.

A un mes de asumir como Ministra de Seguridad, está a punto de batir otro record, el del mayor porcentaje de despidos en un ministerio: cerca de un 30% de sus trabajadores serían despedidos, uno de cada tres.

Todo esto, sin siquiera haber hecho un relevo de las tareas, y políticas que llevan adelante estos 420 empleados, sumándose a la idea que quiere instalar el gobierno con el apoyo de los medios oficialistas: son todos “ñoquis”, “grasa de los militantes”, o designaciones que realizó el gobierno saliente durante los últimos dias de su gestión.

La mayoría de los trabajadores en riesgo de perder sus puestos de trabajo comentan que la nueva gestión no se tomó la molestia de entrevistarlos para poder verificar sus cualificaciones ni relevar las tareas que están desempeñando. No tuvieron oportunidad de defenderse ante la acusación de ser “ñoquis”. Los hechos están mostrando que no hay criterio para decidir quienes se quedan ni quienes serán despedidos, solo se percibe que al mejor estilo de una empresa privada en reestructuración, la ministra Patricia Bullrich, tiene como objetivo un numero secreto de empleados a despedir, y que debe alcanzar para cumplir con el mandato de Mauricio Macri.

Lo que no se dice en los medios, es que esta “reducción de personal”, equivale a un Estado que necesariamente va a tener que dejar de lado políticas que hoy en dia son impulsadas por el ministerio. Ministerio que debería tener un rol preponderante para poder afrontar la emergencia en seguridad declarada por el presidente Macri.

Resulta extremadamente preocupante la forma y la liviandad con la que se toma este tipo de decisiones. Como si el número 2035 fuera tan solo un número mas, pero no, en este caso, este número representa a 2035 familias que han sido afectadas de un día para otro, por el simple hecho de haber sido contratadas por la anterior gestión.

De esta manera, Michetti hace una generalización pavorosa, metiendo a mas de dos mil trabajadores en la misma bolsa, acusándolos de ser ñoquis, o no estar capacitados para el puesto para el que fueron designados. Primero acusa, y perjudica a todas estas familias, y luego, quizás, se tome el tiempo de analizar con mayor detenimiento si en todos los casos es justificada o no esta decisión.

Macri designó como vicepresidenta de UIF, a María Eugenia Talerico, que es la abogada de HSBC y Masventas S.A. como la nueva vicepresidenta de la Unidad de Información Financiera (UIF).

Esta abogada en su rol de defensora de este banco, objetó la constitucionalidad de las normas en las que se basa la UIF para controlar y sancionar a las entidades involucradas en casos de lavado de dinero. Uno de los artículos objetados por ella, es el 24, justamente uno que fue específicamente defendido por el actual ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, y pertenece a la la ley votada favorablemente por varios de los referentes de Cambiemos, como Federico Pinedo, Oscar Aguad, Ricardo Gil Lavedra y Gabriela Michetti.

Si bien ya es llamativo y preocupante que se ponga en un cargo tan alto a una detractora de las normas que rigen a la UIF, el nuevo presidente de unidad, tambien designado por Macri: Mariano Federici, se lo vincula a un estudio jurídico que utiliza los mismos argumentos de Talerico para defender a otras entidades contra la UIF, lo cual hace dudar sobre que postura tomarán estas nuevas autoridades a la hora de investigar y sancionar a las entidades acusadas de lavado de dinero, entre las que se encuentran sus antiguos clientes.

En esta excelente nota, Luis Bruschtein nos explica con mucha claridad, el porqué de esta “ofensiva relámpago” estilo Blitzkrieg alemán, contra la ley de medios, dejando en evidencia, que tiene que ver con la necesidad impostergable del gobierno de instalar una sola versión de la realidad.

Muchos creen que los fundamentos de la ley de medios surgen a partir de las diferencias entre el gobierno de Cristina Fernandez y el Grupo Clarín, pero la realidad es que fué un proceso que tomó mas de un un cuarto de siglo, y se remonta al inicio de la presidencia de Raul Alfonsín.

Demandó la creación de 70 proyectos de ley que no llegaron a tratarse en las cámaras, la creación de la Coalición por una Radiodifusión Democrática (CRD), que logro agrupar a mas de 300 organizaciones, en donde se acordaron y fomentaron los 21 puntos básicos sobre los que luego se basaría la ley.

Ley que fué sometida a intensas discusiones en 24 foros en todo el país, varias audiencias públicas y sesiones de comisiones parlamentarias, generando debates que aportaron más de 1200 modificaciones que luego serían incorporadas al proyecto final.

Decir que esta ley fue el capricho de una Presidenta, es negar un proceso de mas 26 años que es un ejemplo de ejercicio democrático, y quedarse con la visión que quieren forzar los medios reacios a cumplirla. Medios que justifican tirar por la borda todo este proceso con un simple decreto presidencial, sin buscar ningún tipo del consenso que prometió Cambiemos durante su campaña, ni mucho menos, el respeto a las instituciones del que tanto hablaron.

¿Hay algo mas autoritario y antidemocrático que anular una ley surgida de esta manera con un decreto presidencial?

Macri se jacta de no tener a ningún Guillermo Moreno en su “dream team”, pero no se avergüenza cuando dice que pondría en riesgo fuentes de trabajo, debilitando a la industria nacional, si los empresarios no bajan los precios.

Aparentemente, cualquier cosa es mejor que volver a las viejas formas del anterior Secretario de Comercio, incluso cerrar industrias dejando a trabajadores en la calle. Esto es consistente con su discurso de campaña, centrado mucho en las “buenas formas” a las que el gobierno prometió retornar, pero no tanto con lo que decía sobre la supuesta “campaña del miedo” que el entonces oficialismo estaba promoviendo al tildarlo a el de ser un neoliberal que proponía dejar todo librado al libre mercado.

Este tipo de declaraciones, que seguramente le generarán mas de un dolor de cabeza a su asesor Durán Barba por no haber sido auto censuradas, por lo general no logran pasar el cepo mediático que protege a Macri y su entorno, pero nos dejan vislumbrar que la supuesta “campaña del miedo”, desafortunadamente, no era tan “supuesta”.

Aparentemente, lo de ser “implacables” con la corrupción, cuenta solamente para su nueva gestión como Presidente de la República, ya que Macri, en su último día como Jefe de Gobierno de CABA, firmó un decreto en el que se le adjudica una obra millonaria a su amigo de la infancia Nicolás Caputo.

Debería ser sorprendente, por lo menos para los ciudadanos que lo eligieron hace tan solo unos días en las urnas, que el presidente electo Mauricio Macri, haya buscado esta medida cautelar, luego de haber hecho de la cuestión del respeto a las instituciones republicanas y la independencia de la justicia, uno de sus ejes principales de campaña.

Desconcierta aún más, cuando se tiene en cuenta, que esta grave medida, que debilita la independencia de los poderes, haya sido impulsada para poder ganar una discusión tan trivial, como lo es el lugar en el que se realizará el acto de traspaso de mando.