Detrás de los despidos masivos en el Estado
Desde las redes sociales, medios oficialistas y también desde el propio gobierno, se está intentando justificar la inmensa cantidad de despidos por parte el estado, instalando la idea de que los despedidos son todos “ñoquis”, o gente que puso el gobierno saliente, días antes de dejar el poder, pero la realidad que se vive en los ministerios y dependencias del estado, dista mucho de esto.
La realidad que se vive ahi, es la de trabajadores con miedo a perder su trabajo, con bronca por ser tildados injustamente de “ñoquis”, con ministros y directores de recursos humanos que no los conocen, pero que los están despidiendo en bloque, sin siquiera tener la delicadeza de dedicarles unos minutos a cada uno para hacerles una entrevista, donde puedan contar cuales son sus tareas diarias, responsabilidades y cualificaciones para los puestos que ocupan.
Trabajadores que sienten la espada de Damocles sobre ellos todo el tiempo, que no saben el verdadero criterio (si es que lo hay) para dejarlos sin trabajo de un dia para otro. Trabajadores que ni siquiera saben cuando se van a acabar los despidos masivos, como para poder volver a respirar tranquilos y poder volver a dedicarse a las tareas que solían realizar. Trabajadores preocupados por el futuro de las políticas que venían desarrollando e impulsando desde sus puestos, porque son conscientes que cuando una administración impulsa una reducción tan grande del estado, cada área u oficina que se elimina, es una política pública en la que el estado deja de estar presente.
En esta nota publicada en Página 12, se entrevista a tres trabajadores despedidos, que son sólo un ejemplo de los miles que ya fueron cesanteados o están bajo el inminente riesgo de serlo también.