Infojus: La muerte que España no investigó: Noemí Molfino, madre de desaparecidos

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La muerte que España no investigó: Noemí Molfino, madre de desaparecidos

| Fuente: Infojus Noticias | Fecha de publicación: 2014-04-29 | Por: Infojus Noticias | Fecha de captura:: 2016-01-23 16:25

Apareció envenenada en la habitación de un hotel madrileño, en julio de 1980. El diario español Público habló de “complicidades de la Policía” de ese país.y de “una muerte extraña e impune”.

El 12 de junio de 1980 Noemí Gianotti de Molfino tenía 55 años, seis hijos militantes, y estaba temporariamente en Lima, como parte de una red de apoyo a Montoneros. Entre su secuestro -ocurrido ese día en Perú- y su asesinato -en un hotel de Madrid el 21 de julio de 1980- hay una trama de articulaciones entre las fuerzas armadas y los gobiernos de Argentina, Perú, y España. Ayer el diario español Público habló de “complicidades de la Policía” de ese país y se refirió al caso como “una muerte extraña e impune”. En Argentina el asesinato de Noemí Molfino es parte de la causa que juzga los crímenes por la Contraofensiva, actualmente en etapa de instrucción en el juzgado de Alicia Vence en San Martín.

“Queremos saber quiénes la mataron, pero también quiénes encubrieron el crimen”, dijo a Público uno de sus hijos, Gustavo Molfino, querellante en la causa en la Argentina. El terrorismo de Estado azotó a esta familia desde tiempo antes de la muerte de la madre. Miguel Ángel, otro de los hijos, había sido encarcelado y torturado. Alejandra, una de las hijas, se había ido del país para salvar su vida. Uno de los principales desvelos de Noemí era que en octubre de 1979 una patota militar había secuestrado a su hija Marcela Molfino y a su marido Guillermo Amarilla, militantes de Montoneros, de quienes no habían tenido más noticias. Entonces nadie lo sabía, pero Marcela estaba embarazada de un mes al momento de su secuestro. En 2009 se supo: había tenido un hijo en cautiverio, que pasó 29 años viviendo con su identidad falseada, en el hogar de sus apropiadores: Guillermo Amarilla Molfino.

Noemí estaba comprometida con la militancia y con la búsqueda de sus hijos. Fue una de las organizadoras de una red de protección de militantes de Montoneros en el exterior. La secuestraron en Lima –el entonces presidente Jorge Rafael Videla pasaría por allí en visita oficial semanas más tarde y se cree que otros militantes planeaban un atentado-. Cayó en manos de militares peruanos de Inteligencia, junto con otros dos militantes, María Inés Raverta y Julio César Ramírez. A los tres los llevaron a la frontera con Bolivia para entregarlos a oficiales argentinos. Raverta y Ramírez están desaparecidos.

Noemí fue llevada a Madrid, en el marco de una campaña de propaganda de la dictadura, que buscaba desacreditar las denuncias de desapariciones en Argentina. “El plan fue trazado casi a la perfección. Noemí llegó al aeropuerto de Barajas el 18 de julio de 1980, custodiada por dos integrantes del Batallón 601 de Inteligencia, uno de los cuerpos más temibles del videlismo. Otros dos agentes que ya se encontraban en Madrid la trasladaron hasta el apart-hotel Muralto, situado en la calle Tutor. Allí la envenenaron mediante pastillas, cubrieron su cadáver con mantas para acelerar su putrefacción -lo que permitía eliminar cualquier rastro de la sustancia empleada para su envenenamiento- y huyeron por la puerta principal. Antes de partir, los asesinos de la habitación 604 colgaron el cartel de ‘No molestar’”, contó ayer el diario Público. El cuerpo de Noemí fue encontrado tres días más tarde una empleada de limpieza del hotel.

Días después del asesinato, la embajada argentina en Madrid dijo que Gianotti de Molfino falleció de “muerte natural”, pero la Comisión Argentina de Derechos Humanos (Cadhu) desmintió esa versión. Por esos días Adolfo Suárez gobernaba España hacia la transición. Según diarios de la época, el crimen se hizo público y la policía española comprobó que los asesinos dejaron huellas en un vaso y en unas colillas de cigarrillo. Ayer el diario Público afirmó que las huellas continuarían guardadas en el Juzgado de Instrucción Número 1 de Madrid.

El caso nunca prosperó en la justicia de España. La primera causa por el asesinato de Noemí estuvo a cargo del juez Luis Lerga en 1980, que archivó el caso meses después. Veintiocho años después el juez Baltasar Garzón también investigó el crimen pero no avanzó por falta de pruebas.

En la Argentina, fuentes judiciales le confirmaron a Infojus Noticias que los casos de Noemí, de su hija Marcela y de Guillermo Amarilla están en la causa que analiza los crímenes de la dictadura en el marco de la Contraofensiva Montonera. La jueza Vence ya encarceló con prisión preventiva a siete exmilitares y está en la etapa de indagatorias a los imputados. Es por la desaparición de 85 desapariciones y 20 secuestros cometidos por el terrorismo de Estado entre 1979 y 1981 en la jurisdicción de Campo de Mayo. El expediente investiga a 14 oficiales y suboficiales que participaron en el centro clandestino de Campo de Mayo, donde nació el hijo de Marcela, el nieto que Noemí nunca llegó a conocer. 


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