Infojus: Se entregó un directivo de Boca que tenía orden de captura

Ayer, un juez ordenó un operativo que terminó con 52 personas detenidas, además de requisar oficinas de socios y registros informáticos del club. Investiga una organización delictiva entre barras y dirigentes. Hoy se entregó Carlos Mechetti, vocal del club.

El homicidio de Ernesto Cirini, y la fuga de uno de sus autores, el número dos de la barra de Boca Juniors, Maximiliano Mazzaro, abrió la caja de Pandora en el club. Puso en la lupa de la fiscal y un juez una red delictiva que envuelve al mundo Boca e incluye a barrabravas y dirigentes. Ayer, en la antesala del partido en el que se enfrentaban Boca y Newells por un lugar en la semifinal de la copa Libertadores, el juez Manuel De Campos ordenó un operativo que terminó con 52 personas detenidas, además de requisar las oficinas de socios y los registros informáticos del club. Buscaban a barrabravas y dirigentes, y las pruebas de lo que considera una organización delictiva: carnets mellizos, entradas truchas, productos de marketing. Uno de los detenidos fue Gustavo Gómez, empleado del departamento de socios que era quien imprimía los carnets mellizos. Su jefe Carlos Mechetti, que además es vocal y trabaja en la Aduana, se entregó hoy, luego de que el juez denegara un pedido de su abogado de eximición de prisión. 

 

Entre los barras detenidos se encuentra Santiago Lancry, un barra histórico que trabaja hace años en la seguridad de la Legislatura porteña. Otros que tienen orden de captura son los actuales capos de La Doce Cristian Devaux alias “Fido”, Oscar Otazú, Cristian Garro, Luis Arrieta alias “el loco”, y “corbacho” Villa García. También “hay fuertes indicio” de complicidad de la Policía Federal.

 

“Se supo que se iba a producir una de las tantas repartijas previas de carnet, y entre 400 y 600 entradas que se entregan por partido a la barra”, explicó a Infojus Noticias una fuente de la investigación. “Investigando el encubrimiento de Mazzaro, nos topamos con cantidad de pruebas que ampliaron la figura a asociación ilícita”, agregó.

 

“El pedido de captura comprende a la primera y la segunda línea de la barra brava y algunos dirigentes sin cuya contribución no podrían realizarse los delitos, aunque no hay una acusación institucional hacia el club”, dijo el informante. “Aunque a veces, los individuos no actúan solos, coordinan con las estructuras que los contienen, tienen órdenes políticas”, agregó.

 

El operativo buscaba a 16 personas, de los que sólo se capturaron seis. En total, hay en la causa unos veinte investigados –con distintas responsabilidades- por su participación en una asociación ilícita. Ahora el magistrado De Campos –que supervisó el operativo desde un patrullero en las calles aledañas- debe analizar la situación de cada uno y determinar quién será indagado y quién no.

 

Pero –como adelantó el periodista Gustavo Gravia- el germen de esa razzia numerosa eran más de cien líneas telefónicas intervenidas, 72.000 horas de escuchas telefónicas y federales infiltrados: dos policías, haciéndose pasar por socios de Boca, consiguieron que Mechetti les hiciera doscientos carnets con una numeración paralela, porque Boca no tiene más capacidad de afiliar hinchas. La conducción de La Doce los había pedido para recaudar en vista de dos encuentros trascendentales: el superclásico con River y el partido con Corintians por la copa.

 

“Si Mazzaro se hubiera entregado el 9 de enero, que fue cuando se pidió su captura, todo esto no se sabría. Nosotros empezamos a investigar la red de encubrimiento que le permitía seguir prófugo, y nos tropezamos con las pruebas de una asociación ilícita, con roles diferenciados, que se sostenía en el tiempo, que cometía delitos para ganar dinero. Uno de ellos era encubrir a Mazzaro”. Entre las pruebas que encontraron los sabuesos, había transferencias bancarias y nexos de dirigentes con barras que le permitían al lugarteniente de Mauro Martín seguir a la sombra de la justicia.

 

Entre tanto, el juez De Campos decretó clausurada la investigación respecto del encubrimiento de Maximiliano Levy –el tesorero de La Doce-, el arquero Pablo Migliore y Claudia Pacheco –que le avisó a Migliore que tenía los teléfonos pinchados-. Adelantaron fuentes de la investigación que en quince días podría ir a juicio oral. De los tres, Levy es el más complicado: se probó que su encubrimiento era parte de una organización, y su pena –de encontrarse culpable no sería de cumplimiento condicional. No así de Pacheco y Migliore, que de todas maneras deberá interrumpir su temporada en el fútbol croata para ponerse a disposición de un Tribunal.

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