Infojus: "Me hizo volver a creer otra vez en la política"

Así se vivió en 25 de Mayo de 2015 en la Plaza. El discurso de la Presidenta y los festejos, en las voces de quienes estuvieron ahí.

-Chicos, ¿adónde quieren ir?, preguntó una mujer mayor, apostada sobre la calle San Martín, a metros de la plaza y cerca de una de las pantallas gigantes.

• Allá, -señaló uno de los adolescentes-. A la plaza.

-Corazón, no vas a llegar, quedate y escuchala. Lo importante es escucharla, le respondió la mujer. El joven le obedeció. 

A las 18.30 Cristina Fernández de Kirchner subió al escenario y las 800 mil personas que estaban ahí la ovacionaron. Corearon su nombre, la aplaudieron y celebraron. Ella saludó y la multitud volvió a estallar, como ocurrió cada vez que los interpeló directamente. O cuando dijo: “Los derechos humanos se han incorporado definitivamente”, y la Plaza entera vibró. 

Marta Molina llegó desde Tandil, donde vive, trabaja en el Centro Néstor Kirchner de esa ciudad y “milita desde muy joven en el justicialismo”. Estuvo desafiliada entre 1994 y el 2000, “arrepentida de haber votado a (Carlos) Menem”, explica.  ”Me enamoré de la política de derechos humanos que implementaron Cristina y Néstor”, contó entusiasmada. “La implementaron como una auténtica política de Estado. Y también con ellos sacamos al ALCA”, agrega. “Todo eso me hizo creer otra vez en la política”. Marta cree en cuidar “todo lo que se ha logrado”, dice. “No nos podemos dejar robar los derechos que recuperamos, ni los que adquirimos”.  

Los que no habían podido llegar hasta la Plaza, siguieron el discurso desde los alrededores, replicado en pantallas gigantes. Las calles transversales rebalsaban de gente. Después de que los fuegos artificiales iluminaron el cielo, algunos se quedaron para seguir disfrutando de la música. Otros emprendieron el regreso a su casa. “Volvemos renovadas después de escucharla”, decían Mirta Dome y su hija Camila Pereyra Dome. Tienen 57 y 23 años y estaban emocionadas. La habían escuchado en vivo por primera vez el 10 de diciembre de 2011. “Hay algo especial en ella, en la forma en que dice las cosas y en la fuerza que te transmite, impresionante”, decía Mirta. “Yo no me imaginaba poder vivir esto. Tengo casi sesenta años, viví el proceso en mi juventud y ellos vinieron a reivindicar esa generación”.

“¡Viva, viva!”, gritaba un hombre canoso, menudo y llamado José. Había venido del barrio porteño de Villa Ortúzar. “Yo soy viejo, viví a Eva, no la leí en los libros o me la contaron en una película y Cristina tiene algo similar, una magia que no se puede contar. Hay que vivirla para entenderla, pero anda a explicárselo a los que no vienen y la sienten”, decía.

“Bajando un cuadro formaste miles” celebraba la remera de Francisco, un joven de 38 que encaraba para regresar a San Miguel. Empujaba el carrito de Martina, su beba de un año y le sacaba fotos, orgulloso de estar en la plaza con ella. “Me gusta que desde bebé sepa lo que es la Patria y participar. Que lo incorpore. Ella nació en un país mejor que en el que nací yo, en plena dictadura. Ella nació en una Patria donde hay más igualdad de condiciones, de derechos. En la patria de los derechos humanos, del no arrodillarse ante los buitres, en la del matrimonio igualitario, porque con Néstor y Cristina aprendimos que la patria es el otro”.  

MEL

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