Infojus: Caamaño: “No puede ser que un agente de inteligencia se haga amigo de un fiscal"

La fiscal en lo Criminal Cristina Caamaño celebró el proyecto de reforma de los servicios de Inteligencia anunciado por la presidenta Cristina Fernández de Kichner y coincidió con la mandataria en que la denuncia del fiscal Alberto Nisman fue parte de una maniobra desestabilizadora. También se refirió a que las escuchas telefónicas pasen a ser competencia del Ministerio Público Fiscal.

La fiscal en lo Criminal Cristina Caamaño analizó el anuncio de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kichner, sobre un proyecto de reforma del sistema de inteligencia, y celebró el traspaso del Sistema de Observaciones Judiciales (OJOTA) a la Procuración General de la Nación. Entrevistada por Infojus Noticias opinó que Nisman terminó “preso” de los servicios de inteligencia y la Embajada de Estados Unidos, y criticó las relaciones directas entre agentes secretos y funcionarios del Poder Judicial y el Ministerio Público.

-¿Cómo recibió el anuncio de la presidenta sobre el proyecto para disolver la Secretaría de Inteligencia y reemplazarla por una nueva Agencia Federal?

-Me parece que es una muy buena noticia. Después de tantos años es como mover el avispero, producir un cambio incluso de la misma gente que estaba ahí. La Secretaría de Inteligencia se tenía que modificar porque no es posible que un agente de inteligencia se haga amigo o le pase datos a un fiscal en particular. El vínculo tiene que ser desde la institución. Cuando Inteligencia tiene algún dato, debe avisar al Ejecutivo. Y en caso de que detecte un delito, debe avisarle a la Procuración. Algunos dirán que estos cambios llegaron tarde, pero lo bueno es que se haga, sino siempre estamos viendo lo negativo. Es un gran anuncio de parte de la presidenta.

-¿Está de acuerdo con que el sistema “ojota” (O.J.) de escuchas judiciales sea transferido a la órbita de la Procuración General de la Nación?

-Sí, se simplifica el sistema. Es una noticia espectacular y un adelanto muy grande para alcanzar a muchos países de Latinoamérica, e incluso algunos estados de Estados Unidos. En un sistema acusatorio es correcto que sea el Ministerio Público el que tenga las escuchas telefónicas. Es una forma de que sea más transparente.

-¿Por qué le parece que esta propuesta llega en este momento?

-Yo creo que esto ya se venía analizando, porque con un Código Procesal que pasa a un sistema acusatorio es necesario que tengamos incluso una policía judicial, y la procuradora empezó a trabajar en eso desde el año pasado. Estos cambios son parte de ese mismo plan. No sé si la bisagra fue la muerte del doctor Nisman, pero sí me parece que era algo que iba a decantar en algún momento.

-¿Cuál le parece que era la relación de los agentes de inteligencia con el Poder Judicial?

-Como funcionario judicial o del Ministerio Público, vos no podés tener de confidente a un agente de inteligencia. Y eso es lo que se terminaba generando. Relaciones entre agentes y fiscales o jueces que son amigos. No se puede, el vínculo tiene que ser institucional, entre la Secretaría de Inteligencia o la eventual Agencia Federal con la Procuración en caso de que exista un delito. Y la Agencia tendrá que informar a su superior cuando detecten una situación conflictiva dentro del país.

-¿Cómo llegaría la información secreta a un fiscal para que investigue?

-Una vez que llega información a la Procuración, se sortea el caso y desde el Ministerio Público se le aporta la información al fiscal. Pero la información proviene de una relación institucional entre la Agencia y la Procuración. No como ahora que es uno a uno. Los jueces o fiscales se dicen “yo tengo un amigo en los servicios”, lo llaman y le piden “¿vos me podés averiguar?”. Después llega el “mirá que fulano tal cosa” y se desvirtúa. Creo que eso es lo que le terminó pasando en algún punto a Nisman. Terminó “preso” de los servicios, de la Embajada (de Estados Unidos), y  de eso es muy difícil después salir.

-¿Existen manejos espurios dentro de los servicios de inteligencia? ¿O se trata de grupos minoritarios?

-Es como en todos lados. ¿Todos los policías piden pizza gratis? Creo que no, pero el hecho de que algunos lo hagan hace pensar que la policía va y pide que le regalen la pizza. Acá es lo mismo. Quiero suponer que no se trata de todos, pero existe algún tipo de seguimiento o pinchadura ilegal que les permite después presionar a jueces y fiscales. Esto del “carpetazo” o el manejo de información personal inconveniente hace que a veces estas personas terminen estando por debajo de los servicios de inteligencia. Eso va a quedar de lado con este diseño de Agencia Federal.

-¿Cuál le parece que tienen que ser las características principales y la preparación de un agente de inteligencia? ¿Cuáles deben ser los lineamientos generales para fundar la nueva agencia?

-No sé cómo se va a desarrollar el debate, pero me parece que ayer la presidenta lo explicó bien. Los servicios de inteligencia deben analizar si la Argentina está por recibir algún tipo de ataque terrorista, deben estudiar por dónde ingresa la droga del narcotráfico, cómo se articula la trata de personas. Deben investigar el delito organizado. Están para hacer tareas que requieren una visión global. Y cuando descubren algo, eso se tiene que judicializar. Hoy no se sabe qué es lo que pasa para que esas redes y organizaciones puedan subsistir tanto tiempo. Es fundamental un buen funcionamiento para trabajar sobre los delitos graves. Inteligencia tiene que estar para analizar las redes, las bandas, y transmitir la información a la Procuración para que profundice a través de un fiscal que investigue.

-¿Cómo evalúa el rol de los legisladores ante los servicios de inteligencia, mediante la Comisión que debe fiscalizar su funcionamiento?

-Muchos legisladores salen a criticar permanentemente cada una de las cosas que se hace desde la gestión, pero cuando ellos tienen que trabajar, no están. Porque este control no lo hicieron nunca. Ahora por lo menos el director y subdirector van a tener que pasar por el tamiz del Congreso, entonces si las cosas no resultan como ellos esperan, van a tener también cierta responsabilidad. Yo vengo diciendo hace años que en este país lo que más falla son los controles. Si se controla, pueden pasar cosas, pero no con la frecuencia con la que suceden. Fallan los controles porque nunca están, o no cumplen como debieran, o se vuelven laxos con el tiempo a partir de que se generan relaciones.

-¿Qué evaluación hace de la denuncia del fiscal Alberto Nisman por el Memorándum de Entendimiento con Irán? Aníbal Fernández dijo incluso que no fue redactada por el fiscal, y ni siquiera por un abogado.

-Yo creo que Nisman era un buen fiscal desde el punto de vista de que era muy puntilloso. Aparentemente no es así la denuncia, por eso es que dicen que tal vez se la dieron escrita. También le falta mucho sustento jurídico, faltaban pruebas. Eso permite dudar. Evidentemente no podés hacer una denuncia de esas características involucrando a la presidenta de la Nación por unas escuchas en donde dicen “vamos a almorzar, te tengo que comentar que se firmó el convenio” y responden “ah, no, no sabía nada”. Fundar así semejante denuncia es poco serio para una persona como él. Sobre todo porque hacía diez años que tenía esta fiscalía, y uno esperaba otro tipo de avance.

-¿Le parece que la presentación de la denuncia y la muerte de Nisman son parte de una maniobra desestabilizadora o de una operación política?

-Sí. En eso coincido con la presidenta. Esto servía para desestabilizar. Yo creo que lo de Nisman se trató de un suicidio. No inducido con un “acá te dejo el arma para que te suicides”. Me parece que él no soportó la presión que estaba viviendo. Y esa versión provenía de muchos sectores, tanto internos como externos.

-¿Y de parte de qué sectores cree que provienen las presiones al Gobierno?

-Yo diría que de los servicios de Inteligencia. Pero eso no quiere decir que sea exclusivamente de los servicios de Inteligencia nacionales.

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