Infojus: Dónde están hoy los ladrones del robo al Banco Río de Acasusso
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Dónde están hoy los ladrones del robo al Banco Río de Acasusso
| Fuente: Infojus Noticias | Fecha de publicación: 2015-01-13 | Por: Sebastián Ortega | Fecha de captura:: 2016-01-08 05:59
Se cumplen hoy nueve años de uno de los mayores robos de la historia argentina: seis hombres se llevaron el contenido de 143 cajas de seguridad -unos 19 millones de dólares- del Banco Río de Acasusso. Escaparon como en una película pero a la larga los apresaron. En 2010 fueron juzgados y condenados. Por diferentes motivos, hoy todos están en libertad.
—¡Che, cuidado, al suelo, al suelo que disparan!— bromeó Mario Vitette Sellanes y sus compañeros rieron. Esa tarde del 13 de enero de 2006 vieron por televisión como los comandos del Grupo Halcón ingresaban en el Banco Río de Acasusso que ellos acababan de robar. A su alrededor, bolsas repletas de joyas y dinero en efectivo. Un botín que tiempo después los jueces que los condenaron calcularon en 19 millones de dólares.
En el banco, los policías se encontraron con los 23 rehenes. De los ladrones –que negociaron durante horas su entrega y pidieron seis pizzas de fugazzeta y gaseosas- no había noticias. Recién a las 20.30 encontraron, en un cuartito de limpieza, detrás de un mueble, el boquete por el que la banda había escapado. En el túnel una bomba detuvo a los agentes. Dos horas más tarde la Brigada de Explosivos descubrió que era falsa. Los delincuentes le llevaban siete horas de ventaja.
En la sala de cajas de seguridad los policías encontraron tres granadas de plástico, cinco réplicas de armas, papeles y carpetas. En la pared, la banda había dejado un mensaje: “En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es solo plata y no amores”.
A nueve años del robo del siglo los seis miembros de la banda condenados por la Justicia de San Isidro están en libertad.
El líder
Entre febrero y mayo de 2010, más de 600 testigos declararon en el juicio. Los magistrados María Elena Márquez, Alberto Ortolani y Gonzalo Aquino condenaron a cuatro acusados pero no lograron develar quién fue el cerebro del robo más audaz de la historia argentina.
Fernando Araujo admitió su rol en el libro “Sin armas ni rencores”, de Rodolfo Palacios, publicado a fines del año pasado. El Maestro, un artista plástico criado en San Isidro –a pocas cuadras del banco-, experto en artes marciales y cultivador de marihuana, detalló cómo planeó el robo perfecto.
Mientras fumaba marihuana en su atelier se debatía entre dos ideas: entrar de día con armas de juguete o ingresar de noche, cuando el banco estaba vacío, a través de un boquete. Los dos planes tenían defectos. De día, la policía rodearía la sucursal sin que pudieran vaciar las cajas de seguridad. De noche había que vulnerar la seguridad tecnológica.
Estudió grandes robos y vio películas sobre asaltos a bancos. Una tarde se le cruzó una idea. Haría lo que nadie había hecho hasta ese momento, ni en el cine ni en la vida real. Un plan mixto: ingresarían de día, simularían un robo exprés, negociarían con la policía haciéndoles creer que estaban ante ladrones inexpertos a punto de entregarse y los engañarían escapando por un boquete. El plan funcionó como estaba planeado. La banda escapó con el contenido de 143 cajas de seguridad.
En mayo de 2012 el líder fue condenado a 14 años. La Cámara de Casación redujo la pena 9 y medio. Araujo cumplió gran parte de su condena en su casa. Solo dos años los pasó tras las rejas. A fines de 2013, tras cumplir un tercio de la pena, quedó en libertad.
Araujo no volvió a ver a sus compañeros. Ahora vive en Palermo y está en pareja con una dueña de una galería de arte. Se dedica a la enseñanza de artes marciales y da clases de gimnasia. Jura que no le quedó ni un peso de su parte del botín.
Beto de la Torre
Disfrazado de médico, con delantal blanco y estetoscopio, Raúl Alberto de la Torre, Beto, fue el primero que entró al banco. Era uno de los más experimentados. En su prontuario figura que formó parte de la Superbanda, el grupo que asaltaba blindados y fábricas que lideró Luis el “Gordo” Valor.
Beto se hizo famoso cuando su mujer, Alicia Di Tullio -hermana de Pepita la Pistolera- lo traicionó. Despechada porque creía que su marido planeaba fugarse a Paraguay con una chica más joven con el dinero del robo, la mujer avisó a la policía que uno de los hombres más buscados del país dormía junto a ella. Tras la primera detención, los demás miembros de la banda cayeron uno a uno.
En mayo de 2010 la Justicia condenó a Beto a 15 años de cárcel, la pena más alta del grupo. Fue el último en abandonar la prisión. En mayo del año pasado, el Tribunal Oral 1 de San Isidro le otorgó la libertad asistida, un beneficio previo a la libertad condicional.
El hombre del traje gris
El uruguayo Mario Vitette Sellanes saltó a la fama como “El hombre del traje gris”, por entrar así vestido al banco. Si bien no fue el líder de la banda asumió el rol de negociador. Sin ponerse nervioso un segundo, mantuvo durante entretenido a los policías del Grupo Halcón durante horas, mientras sus compañeros vaciaban las 143 cajas de seguridad en el subsuelo del banco. Antes de irse, pidió al negociador de la policía seis pizzas y cinco gaseosas.
El Hombre del traje gris quedó afuera del primer juicio por falta de pruebas. Tiempo después, en un proceso abreviado aceptó una pena de 21 años, que creció a 25 cuando algunos meses más tarde se declaró culpable de un robo de joyas y 200 mil dólares cometido en 2008 en el Barrio Norte de la ciudad de Buenos Aires. La estrategia judicial le permitió salir de la órbita de la Justicia de San Isidro y pasar a la porteña. Allí, sus abogados plantearon que ya había cumplido la mitad de la condena y tenía derecho a ser expulsado del país.
En 2014, el “Hombre del traje gris” regresó a Uruguay, donde quedó libre porque no tenía antecedentes penales. “Me gasté el dinero en caballos lentos y mujeres rápidas”, suele decir cuando le preguntan dónde está el botín que la Justicia nunca pudo encontrar. En su país puso una joyería y contrajo matrimonio por tercera vez. En la fiesta de casamiento los invitados recibieron un suvenir particular: el libro “Sin armas ni rencores”, que cuenta el robo a través de la voz de los ladrones.
El ingeniero
El primero en sumarse al proyecto de Araujo fue el “Marciano” Sebastián García Bolster. Pese a que no tenía experiencia en el delito, el líder lo convenció de que formara parte en un robo que pasaría a la historia.
Mecánico y electricista, el Marciano aportó sus conocimientos técnicos para la construcción del túnel y otras dificultades que iban surgiendo durante el desarrollo del plan. El día del robo esperó en el canal con dos gomones en los que escaparon con el botín.
La Justicia lo condenó a nueve años. A fines del año pasado recuperó su libertad y volvió a trabajar en su taller.
El Paisa
El día del asalto, Julián Zalloechevarría, alias el Paisa, esperó varias horas en una combi estacionada a unas 14 cuadras del banco. A las 16.30 recibió la primera comunicación a través del Handy.
El Paisa levantó la tapa de una alcantarilla a través del hueco que había hecho en el piso de la combi. Los ladrones, embarrados, subieron con el botín y se acomodaron en la camioneta. A catorce cuadras de ahí, los policías llegaban con las pizzas. Todavía faltaban varias horas para que entraran al banco y descubrieran que habían sido engañados.
El chofer puso en marcha el vehículo y la banda escapó del lugar. Minutos después, vieron el robo a través de la tele en un galpón.
El Paisa recibió una condena de nueve años. Salió a fines de 2013 tras cumplir un tercio de la condena. Según cuenta Palacios en su libro, planea poner un restaurante temático del mundo del hampa con su hijo Juan Manuel, que desde hace varios años sueña con filmar la película del robo más audaz de la historia.
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