Infojus: Refugiado: una historia de violencia y superviviencia

Esquivando lugares comunes, el director Diego Lerman cuenta la historia de una mujer y su hijo en su intento de escapar de un hombre golpeador. Una ficción que parte de datos reales: en Argentina cada 30 horas hay un femicidio. En el film no hay violencia explícita, está fuera de campo. Sin embargo perturba de principio a fin.

“Si la querés, ¿por qué le pegas?”, le pregunta Matías, de siete años, a su papá por teléfono. El nene está escondido con Laura, su madre, en un hotel. Escaparon de los golpes de Fabián. Hace unos días, cuando volvía de un cumpleaños, el nene había encontrado a Laura tirada en el piso con cortes y moretones en su cuerpo. Ese fue el punto límite. La escena es de  “Refugiado”, una película estrenada hace una semana que pone el foco sobre la violencia de género desde la mirada de ese niño que pregunta y acompaña a su madre en el camino que significa correrse del círculo de la violencia.

Esquivando lugares comunes,  el director Diego Lerman cuenta la historia de una mujer y su hijo que es la realidad de muchas en Argentina, donde cada 30 horas hay un femicidio. En el film no hay violencia explícita, está fuera de campo. Sin embargo perturba de principio a fin. Durante 90 minutos Lerman controla la mueca del espectador que pasa de la tensión perpetua a pequeños momentos de relajo y humor. Es que la película es la estampa cotidiana de una mujer y su hijo en donde, además de violencia machista, hay un vínculo íntimo. Las actuaciones de Julieta Díaz, como Laura, y Sebastián Molinaro, como el niño, encajan perfectas en el respeto que le imprimió Lerman al film.

El director decidió bucear en la problemática cuando fue testigo de un caso real. El 2 de agosto de 2010 Javier Weber, de 51 años, llegó disfrazado con bastón, peluca e impermeable a la puerta del colegio de sus hijas. Apoyó la punta de un arma en el pecho de su exesposa, Corina Fernández y disparó dos veces: una bala dio en el tórax y otra en el abdomen. Corina sobrevivió. Dos años después Weber fue condenado por “tentativa de femicidio”. Ese colegio quedaba muy cerca de la productora donde trabaja el responsable de “Refugiado”. El intento de asesinato provocó revuelo entre los vecinos, el director de cine se acercó y le contaron. Desde ahí la idea quedó rebotando en su cabeza.

Para abordar el tema, el equipo de Lerman se preparó. En la película, el lenguaje judicial, los espacios que se transitan, los actores que rodean a la historia no tienen fisuras. Por momentos, el espectador puede sentir que se trata de un documental.

Hace tres años el productor de la película, Nicolás Avruj,se contactó con Ester Mancera, psicóloga especialista en violencia e integrante de la organización “Enlaces territoriales”. Le llevó la primera versión del guión y ahí empezaron un recorrido de formación que involucró a cineastas y actores. “Lo más importante es cómo el director entendió que la violencia de género es una violación a los derechos humanos”, dijo Mancera a Infojus Noticias .

Conocer la violencia

Del primer encuentro con la especialista surgió la posibilidad de hacer un taller en la productora. Reunieron a diez mujeres que habían atravesado situaciones de violencia  y diez actrices. “Trabajamos a partir de técnicas del psicodrama. Fue un punto de inflexión para el equipo porque en ese espacio surgió que siete de las diez actrices habían atravesado algún tipo de violencia. Diego no lo podía creer” explicó la psicóloga. Seis de estas actrices son las que aparecen en el film en el refugio por el que pasa Laura. “Fue muy importante para ellas, se sintieron protagonistas, empoderadas”, contó.

Después, Mancera acompañó al equipo a recorrer refugios de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. También se acercaron a laOficina Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia. Camuflada con anteojos negros, Julieta Díaz estuvo en la sala de espera de este organismo. “La idea era que viera la cara, las expresiones de una mujer que llega a hacer una denuncia”, contó Mancera.

Los encuentros se replicaron en un refugio de Lomas del Mirador. Ahí fueron víctimas que habían pasado por ese lugar y ya habían rearmado su vida en otros hogares.

La protagonista no solo se encontró con especialistas y habló con las propias víctimas. También leyó y se formó en el tema. Una de las películas que vio fue la española “Te doy mis ojos”, de Iciar Bollain. Ester Mancera también le recomendó que leyera “Íbamos a ser reina” de Nuria Varela.

Además, de haber sido reconocida por los referentes de la temática, la película también tuvo su recorrido en el circuito de festivales. Pasó por la Quincena de Realizadores de Cannes 2014, el Festival Biarritz Amérique y la 62º edición del Festival de San Sebastián. “Refugiados”, además, ganó el III Concurso Itamaraty para el Cine Sudamericano y cinco premios en el Festival UNASUR.

 “Es brillante que no se muestre la violencia física: el golpe, la sangre. Y además es muy importante que visibilice la situación de los chicos como víctimas”, reflexionó Mancera. El terror, la culpa, la tensión, los intentos de reconciliación: todo el ciclo de la violencia machista aparece en “Refugiado”. Es una película para comprender la problemática; pero también una historia para disfrutar en el cine.

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