Infojus: Diez abogados cuentan sus historias en su día

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Diez abogados cuentan sus historias en su día

| Fuente: Infojus Noticias | Fecha de publicación: 2014-08-29 | Por: Infojus Noticias | Fecha de captura:: 2016-01-26 17:43

Desde 1958 se celebra el Día del Abogado en la Argentina en homenaje a la fecha de nacimiento de Juan Bautista Alberdi. Infojus Noticias habló con 10 abogados para saber por qué eligieron esta carrera y qué significado tiene para ellos este este día.

Juan Bautista Alberdi nació un 29 de agosto hace 204 años. Fue el encargado de redactar las “Bases y Puntos de Partida para la Organización Política de la República Argentina”, considerado uno de los precedentes más importante para la Justicia argentina. Estas bases inspirarían años después la Constitución Argentina de 1853. Abogado, jurista, economista, político, estadista, diplomático, escritor y hasta músico, Alberdi, sorprendentemente, nunca ejerció la abogacía en nuestro país. Una disputa con Juan Manuel de Rosas hizo que no pudiera ejercer y se debió exiliar en Montevideo. En 1958, por iniciativa de la Federación Argentina de Colegios de Abogados (FACA), se instauró a todos los 29 de agosto como el día del abogado, en honor al nacimiento de Alberdi.

En tercer año del secundario Luis Arias, hoy juez Contencioso Administrativo de La Plata, decidió ser abogado. “Soy una persona que reacciona frente a la injusticia” dijo recordando cuando eligió  estudiar abogacía. “Las cosas son más difíciles, hoy hay más cantidad y menos trabajo” expresó destacando la necesidad de la existencia de defensa gratuita en el fuero Contencioso Administrativo provincial. Sobre el día del abogado dijo que “es un día como tantos otros, las cosas se logran día a día y no una vez al año”, aunque destacó la “vocación patriótica” de Alberdi. “Lo más lindo del día del abogado son los chistes de abogados”, dijo riendo.

“Como todo joven, creía que desde la abogacía se podía luchar por la “justicia”, dijo  Mario Juliano, Juez del Tribunal en lo Criminal N° 1 de Necochea, sobre su decisión de ser abogado. Los años le hicieron comprender que “la justicia no existe” porque “ni siquiera sabemos qué significa y que lo que los abogados podemos hacer es tratar de aplicar y exigir la aplicación de la ley para resolver conflictos”. Después aclaró  es una profesión que ama y de la que “de volver a nacer, seguro volvería a ser abogado”. Fue crítico sobre lo que calificó como aportes “escasos” que la abogacía, en general, hizo para “resolver conflictos y pacificar la sociedad”. “Por el contrario, pensaría que los aportes se orientaron en la dirección opuesta” dijo al tiempo que consideró que el día del abogado “no habría que festejar” sino que debería “ser una fecha para la reflexión individual y colectiva, tratando que los abogados y las abogadas nos relacionarnos con la sociedad de una manera distinta”.

Otro tanto explicó Gustavo Bruzzone, integrante de la Cámara del Crimen (y designado en el Cámara Nacional de Casación Penal), que empezó la carrera judicial a los 20 años, porque mientras estudiaba en la facultad, ya trabajaba en un juzgado. “Como estoy trabajando desde que era estudiante de derecho nunca ejercí”, dijo el juez que sostuvo que “ser abogado para mi es una materia pendiente, en materia penal hice todo menos ser abogado”. ¿Significa algo el día del abogado? - “No, en absoluto, como no lo soy técnicamente”, dijo. “Quería ser docente, maestro de grado, y tenía inclinaciones por educación, todos pensaron que por mi histrionismo, más alguna novia que tuve,  podría ser abogado”, dijo recordando tiempos anteriores.  “Le encontré el sentido cuando empecé a trabajar en tribunales y en la facultad”, explicó y luego usó  una frase que le dice a sus alumnos: “Conmigo se cumple aquello de que serás lo que debas ser o si no serás abogado”.

Mario Fera es juez laboral y actualmente integra el Consejo de la Magistratura de la Nación en representación de los jueces. Su paso por la Justicia y su decisión de ser abogado la describió como una “vocación por la justicia” porque consideró  al “derecho como herramienta de cambio”.

La elección de ser abogado de Mariano Borinsky, actual presidente de la Cámara Federal de Casación Penal, llegó de la mano de su padre, abogado y pianista. Tras cursar dos carreras a la vez, la de contador y la de abogado -algo que le había recomendado su padre para poder decidirse-, eligió la abogacía porque es “un servicio muy noble”. “La mejor forma de aprender es cumplir el papel de los actores del proceso”, dijo sobre sus pasos por varios roles en la justicia.

Analía Daniela Pasantino hoy forma parte del Colegio de Abogados de Avellaneda-Lanús, pero hace 26 años trabajaba en la policía de Olavarría, provincia de Buenos Aires,  y estudiaba ciencias Económicas. Silvia, su actual esposa, le puso como condición para irse a vivir con ella que empiece a estudiar Derecho con ella. Ella aceptó y entró en la Facultad: “Me enamoré de la carrera. El derecho como ejercicio profesional se volvió una pasión y en cuatro años y medio me recibí”. Pasantino contó  que le “encanta litigar y llevar adelante el cumplimiento de los derechos en los casos donde están vulnerados. Cuando hay una injusticia y a través de los mecanismos judiciales se cumple con la ley, para mí es un momento hermoso”. 

El abogado laboralista Rodolfo Capón Filas, que hace poco cumplió 80 años, se hizo abogado por sus enseñanzas paternas: “Desde chico mi papá me enseñó a respetar a los demás y a tratar de hacer las cosas bien , y en gran parte soy abogado porque mi padre me enseñó a respetar a los demás”. Capón Filas se recibió en la Universidad Nacional del Litoral, fue abogado de la Confederación General del Trabajo (CGT) y pasó más de veinte años como juez de la Cámara Nacional del Trabajo, en donde se jubiló hace seis años. “Las dos experiencias, abogado y juez, fueron interesantes. Son roles que, en parte, dependen de la edad. A mí no me gustan los jueces demasiado jóvenes, que no han vivido, que no tienen calle, que no pasaron situaciones difíciles. Son cosas que no se aprenden en la facultad”. “Lo que más me gusta de la profesión es  tratar de solucionar los conflictos. Buscar un sendero de paz y de justicia social”, dijo el autor de más de media docena de libros entre los que se encuentran Huelga. Una visión desde los derechos humanos, Ley de ordenamiento laboral y trabajo decente, y Cooperativas de trabajo.

El fiscal Diego Vigay, integrante de la Unidad Fiscal de Derechos Humanos de Resistencia, Chaco, quería ser abogado para tener “una herramienta muy valiosa para la construcción de una sociedad más justa”. Por eso, ni bien se recibió en la Universidad Nacional del Nordeste, empezó a trabajar como abogado en causas de derechos humanos y violencia institucional. “Hoy –poco más de veinte años después- lo sigo viendo como una herramienta. Es un ámbito de disputa, un campo de batalla entre los que lo ven como una forma de mantener el status quo y los que creemos que tiene que defender los derechos vulnerados de los más débiles”, afirmó, quien llegó a ser fiscal sin buscarlo porque siempre se había proyectado como “un abogado de organizaciones sociales”.

El fiscal que tiene a su cargo de las causas por delitos de lesa humanidad en Jujuy, Pablo Pelazzo, empezó a estudiar Derecho porque era una de las pocas carreras universitarias que se ofrecían en su provincia. “Las alternativas eran Derecho, Medicina o Arquitectura y elegí abogacía porque era la que más me gustaba pero  me encontré con una estructura muy formal para mi gusto”, recordó Pelazzo. De allí fue a estudiar a Córdoba y luego a Buenos Aires. Y mientras cursaba la carrera de Derecho empezó a bucear en la sede de la UBA de Puán, para buscar otros horizontes. Ahí se encontró con la Cátedra de Derechos Humanos que daba Osvaldo Bayer. “Ahí me topé con la parte que me interesaba del derecho y lo vi como una herramienta”, explicó Pelazzo, quien se recibió de abogado en la UBA y también hizo algunos seminarios en la Universidad de Madres de Plaza de Mayo.  “Empecé a trabajar en un estudio jurídico y en paralelo trabajé en distintas causas de derechos humanos, comunidades originarias, temas ambientales y en los Juicios por la Verdad. Y cuando cayeron las leyes de impunidad empezamos con las causas penales”, describió Pelazzo quien encontró en el Derecho y la Justicia “una forma de establecer la verdad objetiva y realizar una revisión histórica que permitió mostrar qué fue lo que realmente pasó: no hubo dos demonios sino relaciones en un tándem cívico-militar”. Aclaró: “Ese trabajo se montó sobre las tareas de organismos de derechos humanos, ex presos políticos y militantes, que impulsaron estas causas”.

Carolina Jacky lleva más de 38 años ejerciendo la abogacía en Mendoza. En 2010, una sentencia judicial permitió rectificar su identidad en el DNI y autorizó la cirugía de reasignación de sexo. En lo profesional, decidió dedicarse a seguir de cerca los casos de violencia de género por su historia y por una realidad: sus colegas varones no atendían a las mujeres víctimas de esta situación. A los 60 años, para ella su trabajo es una vocación, “es adictivo”. Dijo que no tiene fines de semana, y que los domingos a la tarde muchas clientas la llaman para distraerse.  Jacky concursó hace dos años para ser jueza federal. Todavía no sabe la nota de su examen. La burocracia del Poder Judicial y la distancia entre los jueces y la realidad cotidiana de la gente son las dos cosas contra las que la abogada cuyana reniega a diario. “Llamalo popularización o democratización de la Justicia, pero tiene que haber un acercamiento entre los jueces y la gente”, dijo.


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