Infojus: "El Estado no puede superar la voluntad de las víctimas"
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"El Estado no puede superar la voluntad de las víctimas"
| Fuente: Infojus Noticias | Fecha de publicación: 2014-08-10 | Por: Juan Manuel Mannarino | Fecha de captura:: 2016-01-22 17:01
Así lo cree el penalista y criminólogo Mariano Gutiérrez, que analizó el caso de Gianfranco Dolce, el hijo de la ex modelo Bárbara Durán que dejó de ser procesado por homicidio tras una mediación penal. ¿Puede una persona no ser juzgada después de provocar la muerte? Especialistas opinan sobre una polémica que pareciera ser más mediática que judicial.
El caso del hijo de la ex modelo Bárbara Durán, que dejó de estar procesado tras una mediación penal, volvió a poner en primer plano los límites de las herramientas jurídicas. De inmediato, aparecieron las siguientes preguntas: ¿puede una persona no ser juzgada después de provocar la muerte? ¿La familia Durán cerró el caso porque era acaudalada? ¿Qué hubiera pasado si no tenían recursos?
La polémica se despertó después que las partes –familiares de las víctimas y familiares del acusado- lograran un acuerdo. La justicia dispuso, a pedido de los familiares, que nadie supiera por qué y cómo lo hicieron. Los mediadores jurídicos, entonces, establecieron un pacto de silencio y de confidencial. De inmediato, circuló el rumor de que arreglaron por una alta suma de dinero. En los medios se debatió en torno a si Gianfranco Dolce, que atropelló y mató a tres personas en la Panamericana, mereció una sanción por homicidio culposo. Sin embargo, ningún especialista en lo penal y en lo criminológico salió públicamente a criticar la mediación. Funcionarios de la justicia hablaron con Infojus Noticias y subrayaron que el caso es inédito y que, aun así, toda mediación debe tener límites precisos. Por otra parte, el gobierno bonaerense realizó su propia sanción. Mediante una resolución firmada por el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, le quitó el carnet de conducir al hijo de la ex modelo, y le mantendrá la suspensión del registro para que no pueda manejar ni renovar su licencia.
Mariano Gutiérrez, penalista y criminólogo, dijo a Infojus Noticias que la mediación penal tiene un objetivo claro: el de “liberar a los poderes judiciales de algunas causas donde no se ve la necesidad de castigar”. El punto clave, en su opinión, es que las víctimas tengan poder de decisión sobre los conflictos. “La mediación suele aplicarse en casos leves, el de Dolce es inédito. Hay que evaluar la gravedad del hecho: los muertos no fueron muertos a propósito, no fue intencional, entonces no tiene sentido penalizar la conducta que no es dolosa”, dijo. Y agregó: “El interés por penalizar el caso está en la familia de las víctimas. Si ellos entienden que fue un accidente, o se sienten representados en el arrepentimiento y el dolor del que provocó el hecho, la mediación es posible”.
Gianfranco Dolce (20) quedó sobreseído tras la mediación. Había sido imputado por haber provocado, en estado de ebriedad, un accidente en la autopista Panamericana en el que murieron tres obreros. Fuentes judiciales explicaron que las partes arribaron a un arreglo aplicando la Ley 13.433 bonaerense, de Resolución Alternativa de Conflictos Penales, que contempla este tipo de alternativa para delitos cuyas penas no superen los seis años de cárcel, como este caso, en el que el homicidio culposo tiene un máximo de cinco y un mínimo de dos.
Para Gutiérrez, la sociedad debe respetar el acuerdo entre las partes: si hay confidencial y secreto, nadie debiera saber por qué y cómo arreglaron. “Vivimos en un cultura punitiva que cree que porque uno sufre dolor, el otro tiene que pagarlo. Pero no es así. Es materia de discusión judicial, ética y política, porque en el derecho todo está sujeto a interpretación según la posición que uno adopte. En el caso de Dolce, si las partes decidieron no dar a conocer los detalles del acuerdo, ¿por qué insistir en saberlo? ¿Por qué tanto morbo en insistir sobre el monto económico? Hay que entender que, a veces, las víctimas atraviesan mejor el duelo cuando establecen una relación con el autor del hecho. Cuando se dan cuenta que esa persona les muestra arrepentimiento y reconoce lo que hizo”, explicó. Gutiérrez citó el caso de Sebastián Cabello, que fue condenado en 1999 e inhabilitado a conducir hasta 2017 por matar a una mujer y a su hija de tres años mientras corría una picada por la avenida Cantil. “Si Cabello quizás hubiera mostrado dolor real –reflexionó-, las víctimas no habrían mostrado un ánimo punitivo. Pero se mostró soberbio, nunca mostró arrepentimiento y voluntad de entender a los familiares”.
La Asociación “Madres del Dolor” es la que más criticó la mediación por el caso de Dolce. Viviam Perrone, la presidenta, dijo que “es difícil juzgar a los que familiares que aceptaron este arreglo” pero no entendió cómo quedó pendiente la sanción penal. “No estoy en contra de la reparación económica, pero Dolce debe cumplir una sentencia. Él va a seguir conduciendo, o sea, se le devolvió el arma con la que mató. Y eso es incomprensible”.
Los casos de muertes por accidente de tránsito, según Perrone, son un tema pendiente para la justicia. “Hay entre 10 y 15 muertes diarias. En este caso no considero que fue un accidente, Dolce tenía exceso de alcohol en sangre, venía en exceso de velocidad, ni siquiera vio el auto que estaba detenido y encima no asistió a las víctimas. La justicia debe poner un límite en estos casos”. Desde la Asociación, presentaron un proyecto de ley para que el abandono de personas sea un agravante. “Cuando hay muertos, entiendo que la mediación no tiene que aplicarse. Conozco a estas familias porque las acompañé en la lucha por justicia. Son muy humildes, a ellos no les podemos reclamar. Pero que el fiscal y el juez cierren la etapa judicial sin ninguna sentencia es un disparate”, dijo.
“La mediación está hecha para cumplir un objetivo”
Según Mario Juliano, Juez del Tribunal en lo Criminal 1 de Necochea y presidente de la Asociación de Pensamiento Penal, la mediación es una forma de resolución alternativa de los conflictos, y “que funciona con éxito en situaciones de todo tipo. El de Dolce es un caso particular, pero no porque haya habido muertos, la mediación no puede aplicarse. Es hora de entender que la respuesta punitiva es el último recurso, porque la prisión y la sanción penal son el eslabón final, no una solución prematura”.
Además, la mediación no ve los problemas judiciales como un “delito, sino como un conflicto” y “permite resolver de forma más rápida y edificante para las partes y lograr un acuerdo sin tanta dilación”. En este sentido, el jurista remarcó que la mediación penal no se concibe como una instancia obligatoria -si las víctimas no dan su consentimiento, no hay mediación- pero que es un recurso accesible y directo. “En una cultura menos punitiva, las víctimas tienen una excelente vía para paliar sus conflictos. Hay delitos que son muy dificultosos de mediar, pero la mayoría de los hechos debería ser mediados, sobre todos los que son en contra de la propiedad”, explicó.
Los especialistas coincidieron: en la mediación hay facultades amplias y los límites se fijan según el caso. En el punto de vista de Gutiérrez, “el Estado no puede superar la voluntad de las víctimas. Y lo que la justicia no debe permitir es que una parte esté por encima de otra. Se tiene que garantizar la igualdad de condiciones, en la mediación se tienen que sentar las partes sin haber sido coaccionadas”.
Tanto Gutiérrez como Juliano piensan que el caso de Dolce está resuelto: que si hubo común acuerdo, la justicia debe respetarlo. Así lo cree, también, Sandra Saidman, jueza de falta de Chaco, que dijo a Infojus Noticias que la mediación y la conciliación se aplican de forma cotidiana en su fuero de faltas. “Nuestra provincia es pionera y le mediación se aplica hace más de diez años. La justicia se fortaleció y en cuestiones contravencionales su uso es extensivo”, subrayó.
Chaco está dividido en seis regiones jurídicas. “Todos los días atiendo casos de mediación y en el fondo de los conflictos hay un falta de asistencia del Estado. Por ejemplo, hay vecinos que prenden fuego porque el municipio no recoge la basura. Entonces llegan la conciliación y se demuestra que no hubo intención de un vecino de molestar a otro, sino que se resuelve con que las autoridades tomen la decisión de prestar el servicio adecuadamente”.
Saidman admitió que no tuvo ningún caso de mediación donde hubo algún tipo de homicidio, pero enfatizó que “el caso de Dolce estuvo pensado desde la voluntad de las partes de querer darle una solución. Y la mediación está hecha para cumplir un objetivo: el de arreglar un conflicto entre dos partes”.
En su actividad cotidiana en Chaco, contó el caso de un hombre que está a cargo de una cancha de fútbol donde se hacen actividades de fútbol con niños y jóvenes en condiciones de pobreza. A una señora le molestaba que las pelotas le golpeen el techo. “El hombre me dijo ´aunque vaya preso, no voy a dejar de hacer esto´ y me conmovió. Si dábamos curso a la denuncia y le suspendíamos el predio, miles de pibes iban a quedarse sin su deporte preferido. Convencimos a la señora que con la instalación de una red de 20 metros las pelotas no pasarán más a su techo. Ya hicimos la gestión ante los funcionarios para que el conflicto pueda remediarse en lo inmediato”.
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