Infojus: La trata de mujeres, sobre tablas

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La trata de mujeres, sobre tablas

| Fuente: Infojus Noticias | Fecha de publicación: 2014-06-28 | Por: Matias Máximo | Fecha de captura:: 2016-02-03 15:14

“La Varsovia”, la obra de teatro escrita por Patricia Suárez y dirigida por Marcela Robbio cuenta la historia de dos mujeres víctimas de una red de trata que se mueve entre Buenos Aires y una aldea de polaca a Buenos Aires donde las mujeres son reclutadas con promesas de dinero y amor.

“El agua, el fuego y las mujeres nunca dicen basta”, dice Schlomo arriba de un barco que viene desde los puertos europeos hasta Argentina. En la embarcación todos son inmigrantes y buscan un sueño en la prosperidad porteña de principios de siglo XX. Algunas de las mujeres ahí arriba no tienen idea que serán pioneras de una historia de infamia que sigue hasta hoy: las redes de trata. Otras sí lo saben y pretenden trazar estrategias. “La Varsovia”, la obra de teatro escrita por Patricia Suárez y dirigida por Marcela Robbio, tiene sutileza visual, pero convive con la violencia escénica de lo que se perpetra: el ultraje, la explotación y el daño físico. En medio están los enamoramientos viles, a pesar de toda racionalidad.

En este barco los gestos tienen los rasgos de Zwi Migdal, la organización de trata fundada en 1906 que declaraba tener como fin social la “beneficencia”. La red se llamó la Varsovia, hasta que en 1926 adoptó el apellido de uno de sus directivos, los hermanos Migdal. La necesidad de construir una fachada venía de la enorme estructura que tenía detrás: se precisaban muchas personas para el engranaje del tráfico de mujeres. Si bien no era atípico el uso de la violencia como herramienta de captación, el engaño y las condiciones de extrema pobreza marcaban a las víctimas.

-Su madre dijo a Schlomo que usted era virgen.

-Lo era.

-Usted vale los tres mil pesos porque es virgen precisamente.

-Yo valgo treinta y cinco mil rublos porque Schlomo se enamoró de mí. Ya ha visto cómo es un hombre enamorado.

Rachela y Mignón discuten por el amor del cafishio ¿Pero saben quién es? ¿cuál es su rol en este barco y a qué están destinadas?

“Estas dos mujeres encuentran un atractivo en ese hombre que llega a la aldea de polacos judíos muy religiosos y las convence con promesas de pieles y joyas. Son seducidas ya sea por las promesas de cambio como por la posibilidad de tener alguna forma de poder. Cuando van a buscar a la segunda mujer hay una madre que la entrega, pero no porque sea una madre cretina y la odie, sino que es una manera de subsistir, porque eran comunidades que vivían de manera miserable, con los rusos torturándolos constantemente”, dijo a ** Infojus Noticias** Robbio, la bailarina y coreógrafa que desde hace un año y medio dirige los ensayos de la obra que se presentó este jueves.

En la versión que se presenta los jueves a las 22 en el Portón de Sánchez (Sánchez de Bustamante 1034), Virginia Jáuregui, Vanina García y Juan González se mueven con la escenografía de un lado a otro. Las luces a cargo de Alfonsina Stivelman (Flores sobre el orín y Lub Dub), se funden con un montaje rodante y cubren cada espacio de la escena. El vestuario de la obra está a cargo de Agustina Filippini y la producción es de Pilar Ortiz.

    

La primera voz de las oprimidas

En mayo de 1930 Raquel Liberman fue la primera que se animó a hablar públicamente de la red Zwi Migdal. Tenía 29 años y adoptó ese nombre para proteger a sus dos hijos de la vergüenza y de las represalias de sus captores. Lieberman, “La Polaca”, llegó a la Argentina en 1924 y fue una de los tantas inmigrantes europeas que escapaban del hambre de posguerra. Los gobiernos latinoamericanos favorecían esa política migratoria para agilizar el proceso de formación de una economía de mercado.

Después de la declaración de Liberman se ordenó el allanamiento de la sede que la sociedad tenía en calle Córdoba 3280. Los documentos encontrados descubrieron una red de esclavistas sexuales y se libraron más de 450 órdenes de detención en Buenos Aires, del interior de la provincia y de Rosario. Tras del rastrillaje policial, la causa que involucraba a nuevos ricos de la época dejó cientos de detenidos y el procesamiento de 108 proxenetas, según las crónicas de la época.

En febrero de 1932 se firmó un decreto por el que presidente de facto José Félix Uriburu expulsó a cientos de extranjeros. En la lista cayeron activistas políticos, principalmente anarquistas y comunistas, y 62 personas acusadas de ser parte de una organización dedicada a la trata, en ese momento nombrada como trata de blancas porque sus víctimas principales eran polacas y rusas.

Liberman contó por primera vez ante la policía el viaje en el barco, el engaño de su cuñada para que viniera a Buenos Aires y su primer y frustrado intento de huir cuando tras pagar por su liberación se casó con Samuel Korn. Él, también polaco, pero con carta de ciudadanía argentina, era socio de la Migdal y volvió a “tomar posesión de ella”, le sacó todo el dinero que había ahorrado para sus hijos y nuevamente la obligó a prostituirse. En el libro “La Polaca”, de Myrtha Schalom (Galerna 2013), están los detalles de la odisea por la que pasó Liberman.

La Varsovia es parte de la trilogía Las polacas -junto a Historias tártaras y Casamentera- y con ella Suárez ganó en 2001 el Premio Instituto Nacional de Teatro. Para Robbio la historia tiene conexiones con La Polaca y con cientos de historias de la época: “Sabemos que es difícil comunicar una obra que de fondo tiene el tema de la trata. Pero hay mucho movimiento y momentos de crítica irónica sobre la moda y las de clase. Está en el marco de la trata, pero en definitiva es una historia de amor”.


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