Infojus: El día que evacuaron Comodoro Py: simulacro en los tribunales

Una ley porteña obliga a que en todos los edificios públicos se realicen simulacros de evacuación y a que se tenga preparado un plan de emergencia. Hoy se realizó uno en Retiro: en la playa de estacionamiento se reunieron acusados, jueces, abogados, secretarios y fiscales. Diez imágenes del fotógrafo Leo Vaca sobre un incendio que no fue.

El presidente de la Cámara de Casación Penal, juez Mariano Borinsky, activó hoy a las 10.48 la alarma de los Tribunales de Comodoro Py para dar comienzo a un simulacro de evacuación. “El antecedente –dijo Borinsky a Infojus Noticias – fue que hace dos años hubo una nube tóxica y la salida del edificio no fue muy ordenada”. La ley 1.346 de la ciudad obliga a que en todos los edificios públicos se realicen simulacros de evacuación y a que se tenga preparado un plan de emergencia. Cada plan responde a las particularidades del edificio y es responsabilidad del empleador tenerlo.

La alarma en un primer momento sonó como el timbre del recreo. Un clima de estudiantina reinó por media hora en los Tribunales donde la seriedad es la moneda más corriente. Los compañeros salieron de las oficinas sonriendo y aflojando la charla. Más de uno volvió a buscar su teléfono celular. Cecilia, del piso 7°, pasó revisando cada oficina de su sector para que ninguno quedara sin evacuar. Era una de las 80 personas vestidas con chaleco amarillo flúo elegidas por sus compañeros como “líderes de piso”.

Para ser un edificio de nueve pisos donde los ascensores, tras la activación de la alarma, se desactivaron, la bajada de las escaleras fue rápida y ordenada. La intendenta del edificio, Ana Sellart, dice con una amplia sonrisa que se demoró 9 minutos y 50 segundos en la evacuación. Mucho menos de lo que se tenía previsto. Y aclara “este es el edificio más seguro de todo el Poder Judicial. Y es el único de los grandes que hizo su plan de evacuación y simulacro”. ¿Y cada cuánto se harán? “La norma dice que tenemos que hacer dos por año”.

Lo curioso de este simulacro es que detuvo todo lo que usualmente ocurre tras estas paredes. El juicio por el 19 y 20 de diciembre se detuvo. Los acusados Rubén Santos y Enrique Mathov salieron de la sala del Tribunal Oral Federal 6 para cumplir con las consignas de los líderes del sector. Y en la playa de estacionamiento se encontraron jueces y acusados, abogados y secretarios, fiscales y ordenanzas. Por el costado la gente del Servicio Penitenciario evacuaba a los detenidos en la Alcaidía. Por un momento, en la playa de estacionamiento se hizo evidente que en las tragedias –o su simulacro– todos son iguales y no hay jerarquías.

El juez Borinsky dijo que la evacuación caótica tras la nube tóxica que en diciembre de 2012 asustó a los trabajadores cercanos al puerto y al microcentro “es lo que me motivó ahora, con la presidencia, para hacer un plan organizado y coordinado”. Para esto “se trabajó con el cuerpo de Bomberos que brindó una capacitación a lo largo de un mes, se designaron los líderes, se aprobó un protocolo interno de evacuación, se nos dio capacitación sobre cómo aplicar un extintor, por ejemplo, como para que si hay una emergencia estemos ordenados y coordinados”.

“Lo que más afecta a las personas es el humo, el calor y la incertidumbre”, dijo el comisario Raúl Arancibia, de la Superintendencia de Bomberos. Controlando todo desde el último al primer piso, explicó que “evacuar un edificio no es algo extraordinario, que uno cree que nunca va a suceder”. A diario Bomberos evacúa en la Capital Federal edificios o manzanas enteras, en las que puede haber hospitales o clínicas. Sacar a las personas del lugar cercano al siniestro es la principal medida de seguridad. Los motivos son varios pero las personas en estado de shock a veces agravan situaciones en vías de control.

“Aunque uno no lo perciba -señaló Arancibia- Bomberos tiene diariamente entre 35 y 40 intervenciones y muchas de ellas de incendios grandes en edificios de departamentos o de oficinas”. En esos casos las evacuaciones son compulsivas, ordenadas por los mismos bomberos. Se trata de situaciones que deriva el 911, “un aliado para el ciudadano”. Pueden ser desde incendios hasta escapes de gas, peligros de derrumbe, accidentes en el transporte público, o personas encerradas en ascensores. En algunos de esos casos se termina en evacuación preventiva.

Desde la avenida Comodoro Py la fisonomía de Tribunales muestra una gran escalinata. ¿Cómo hacen para salir las personas con movilidad reducida si pasa algo grave? En cuanto se activó la alarma del simulacro, los ascensores se inhabilitaron para su uso. La intendenta Ana Sellart explicó que hay rampas por el costado y por detrás del edificio para acceder a la planta baja, pero que no hay ascensores que puedan manejarse manualmente. El comisario dijo que cada plan de emergencia debe contemplar situaciones así. Y si alguien tiene alguna discapacidad “se designa a dos o tres compañeros que tienen la misión de asistirlo, acompañarlo y conducirlo hasta el punto de reunión definido en el plan”.

Pero la movilidad reducida y estar en silla de ruedas contempla situaciones distintas. Los bomberos tienen vehículos con hidroelevador que están adaptados para que “la persona con su problema y su silla pueda ser introducida y bajar”, dijo Arancibia. Pero advierte que “hay que evitar llegar a esa instancia y tratar de que la evacuación sea previa”, cuando hay tiempo y cuando el riesgo para todos es menor. “El plan de emergencia tiene que ser lo suficientemente amplio para cubrir todas las necesidades particulares que tiene el edificio. Eso lo hace la gente de Intendencia, en este caso”. Lo importante de los simulacros es que ponen a prueba el plan de emergencia y ayudan a que queden en evidencia algunos detalles que podrían ser mejorados.

Las autoridades se felicitaron y agradecieron. Desde un megáfono el comisario anuncia los 9’50’’ y las cientos de personas en la playa de estacionamiento interrumpen con un aplauso. Se rompió un record propio, porque se esperaba demorar hasta 15. El juez Bielinsky dijo a Infojus Noticias que esto formó parte “del plan de acción de la Cámara de Casación que tiene la superintendencia del edificio”. Y más allá de los aplausos, y de que se “cumplió con el protocolo que se había estipulado en Casación”, la evaluación de la jornada se hará una vez que desde Bomberos le envíen un informe definitivo. Pasados los quince minutos afuera, todos retomaron sus tareas, y Mathov y Santos volvieron a sentarse en el banco de los acusados.

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