Infojus: "Hay que lograr la desmilitarización de los servicios penitenciarios"

Lo dijo Jorge Antonio Perano, defensor público cordobés y miembro del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP), durante el Congreso Federal sobre Reformas Legislativas. El panel debatió sobre los nuevos paradigmas penitenciarios.

Tras la apertura del Congreso Federal sobre Reformas Legislativas llegó el turno del primer panel que debatió uno de los tres grandes ejes: “Hacia un nuevo paradigma penitenciario”. Las condiciones de las cárceles, el cumplimiento de las reglas internacionales, los procesos de educación y reinclusión social fueron algunos de los puntos sobre los que trabajaron cuatro expertos en la materia. 

Los expositores fueron: Juan Carlo Domínguez Lostaló, representante argentino del Instituto Latinoamericano de Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente (ILANUD) de Costa Rica; Jorge Antonio Perano, defensor público ante la Justicia Federal de la provincia de Córdoba y miembro del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP); Luis Alberto Arroyo Zapatero, presidente de la Socièté Internationale de Defénse Sociale, de Francia; y Ana María Figueroa, jueza de la Cámara Federal de Casación Penal.  

Dueño de larga trayectoria en la materia, Domínguez Lostaló habló sobre las experiencias en diferentes países del mundo, y se refirió a la necesidad de tener infraestructuras adecuadas, condiciones de habitabilidad y un sistema de convivencia en las cárceles. Y resaltó el trabajo que Argentina viene realizando en materia de derechos humanos: “Sobre los privados de la libertad necesitamos personal. El personal que se elige tiene que tener una sensibilización marcada en términos humanos. Eso no significa recitar los derechos”, agregó. “Nuestra tarea es dar aquellos servicios que se merecen en condiciones de forma de libertad humana”.

Sobre la preparación del personal que trabaja en las cárceles también habló Perano, que aseguró que es fundamental alcanzar la “desmilitarización de los servicios penitenciarios”. E indicó que “el reclutamiento de personal tiene que ser con una real y verdadera preparación. En donde se los entrene a los agentes para la solución de los conflictos sin militarización, sino a través de la mediación”.

La reinserción social fue otro de los ejes claves que se trataron. “La única finalidad (de los penales) tiene que ser la reinserción social del interno. El Estado tiene que estar involucrado en todo. También las organizaciones barriales, sociales, los grupos de referencia. No hay posibilidad de reinserción sin la posibilidad de acceder a un trabajo”, afirmó Perano. 

Arroyo Zapatero arrancó risas sobre el comienzo de su presentación e ironizó sobre lo difícil del trabajo que encara el ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Julio Alak, que participó como espectador del panel. Después se refirió a una antigua frase que aseguraba que “la pobreza llevaba a unos al hospital de locos y a otros a la cárcel”. 

La estigmatización y la necesidad de estudios en la cárcel fueron parte de los tópicos que describió en medio de un raid histórico que realizó. Es muy difícil civilizar la cárcel sin estudios. Hay que saber qué hacemos con los delincuentes sexuales por ejemplo. No podemos dejar que lo decidan los periódicos. Hay que preocuparse no sólo por las víctimas: hay que preocuparse también por los presos. Qué se puede hacer por ellos. No basta con decir que no nos gusta”. 

Y recordó que hace poco en la TV española se transmitió un programa sobre españoles en cárceles extranjeras. “Quienes lo vieron quedaron muy impresionados. Porque la gente cree que la cárcel es un lugar normal y cuando lo ven descubren que no hay nada normal en todo eso. Los presos necesitan un sitio para estar, para dormir. El hacinamiento es una tortura y hay que explicárselo a la sociedad. La gente tiene la convicción de que se trata de hoteles cinco estrellas”, señaló Arroyo Zapatero. 

Cuando llegó su turno, Figueroa celebró que celebró que “en un momento de absoluta pluralidad se convoque a los distintos sectores”. “Conocí muchas cárceles y  puedo distinguir su olor. No es un oasis ni una gracia, tenemos la obligación de entender cuál es la situación. La obligación es ver de dónde venimos y hacia dónde vamos. En el Estado liberal de derecho de 1853, las cárceles eran sanas y limpias. Nos daba los instrumentos para impedir que se den tratos indignos o humillantes. Pero no fue suficiente. Y el autoritarismo militar trajo graves consecuencias a la Argentina. Tenemos miles de personas que fueron privadas de su libertad. Hace 20 años tuvimos la voluntad de cambiar la Constitución nacional y esta fue la que nos metió en el estado constitucional de derecho”, afirmó 

Sobre el final de su exposición, Figueroa se preguntó: “¿Cómo es posible que el hacinamiento y un montón de situaciones no nos ruboricen ni nos indignen? Por eso es importante que nos reunamos. Y que tengamos en cuenta la situación de los familiares”, afirmó. “Hay que hacer cambios educativos está demostrado que demandan tres generaciones continuadas. Hay que formar. Esto es lo importante, reunirnos, hablar, debatir”.

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