Infojus: Un taller de periodismo y medios a cargo de la Asociación Miguel Bru

Los chicos que asisten tienen entre 20 y 25 años y están allí para capacitarse en el uso de soportes y herramientas de comunicación, patrocinados por la Asociación en memoria del estudiante de periodismo desaparecido por la policía en 1993. El objetivo: hacer escuchar las voces de su comunidad.

Sobre la mesa, una bandeja de magdalenas y algunas facturas. En sus sillas, una decena de jóvenes hacen circular el mate mientras miran el video que se proyecta en una pared. Entre ellos está sentada Rosa Bru, la mamá del joven desaparecido en el 1993, junto a la legisladora porteña del Frente para la Victoria, Claudia Neira. Se trata del primer encuentro del taller de periodismo y medios de comunicación que se dará en la Casa de Cultura y Oficios del barrio de Parque Patricios, a cargo de la Asociación Miguel Bru. Funciona en el marco de un convenio entre los Ministerios de Seguridad y de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.

Algunos de los chicos que asistieron conocen la Casa porque son vecinos del barrio Parque Patricios. Otros vinieron desde el Bajo Flores o desde Villa Lugano. Todos tienen entre 20 y 25 años y están allí para capacitarse en el uso de soportes y herramientas de comunicación. Radio, video, periodismo y redes sociales serán los ejes de los talleres, en los cuales deberán aprender qué significa ejercer el derecho a la comunicación. El objetivo del proyecto es cruzar estos temas con la temática de los Derechos Humanos y en las múltiples formas de violencia, institucional, de género, familiar.

Hoy tocó taller de radio y los jóvenes se acomodaron en un aula de paredes celestes con computadoras y equipos de sonido. Después de ver un corto sobre la lucha por Miguel Bru, le tocó dar la bienvenida a su madre,  que llevaba en su blusa y prendedor con la cara de su hijo desaparecido. Rosa Bru contó anécdotas de Miguel. “Era un pibe común, como cualquiera de ustedes”, les dijo a los jóvenes, “le gustaba la música y los animales y estudiaba periodismo”, dijo. Uno de sus amigos y  miembro de la asociación, Jorge Jaunarena, recordó que Bru también llegaba tarde a las clases. Un rato después, entraba una de las chicas del taller que se había retrasado.

“Lamentablemente, la tortura y el gatillo fácil no empezó ni terminó con Miguel”, reflexionó Rosa Bru. A su hijo lo desapareció la Policía de la Provincia de Buenos Aires en agosto del ‘93, cuando tenía sólo 23 años. Los había cumplido hacía un mes y en ese momento estaba en segundo año de la carrera de periodismo, en la Universidad Nacional de La Plata. Fue detenido por los efectivos policiales, que lo llevaron a la Comisaría 9° de la ciudad. Según pudo averiguar Rosa Bru, allí “se les fue la mano”, y Miguel murió golpeado y torturado. No dieron con él y, aunque ya existe una sentencia condenatoria, aún no se sabe nada sobre su paradero.

 Entonces, amigos y familiares de Miguel empezaron una larga lucha que continúan hasta el día de hoy. Primero obtuvieron la destitución del juez de la causa Amílcar Vara, que se negaba a reconocer la versión de la violencia policial. Más adelante, en 1999, obtuvieron la condena de cuatro funcionarios policiales. Ahora piden el juzgamiento penal del mismo. “Tuvimos que aprender a leer una causa, a conocer a los jueces, a los fiscales”, contó Rosa. “Tuve que aprender también a hacer una gacetilla de prensa, porque no sabía ni qué era”, agrega.

Bru fue al taller acompañada de Rosa Montenegro, madre de un joven asesinado en Piedrabuena, Villa Lugano. El 7 de julio de 2012, Marcelo Montenegro, de 21 años, viajaba en auto con un amigo cuando la policía quiso detenerlos. El auto era robado y el amigo de Marcelo eligió evitar el control. Según los policías, fueron los chicos los que dispararon primero. Por el momento, sólo hay pruebas de que los tiros los recibió Montenegro.

Al escuchar los relatos, los jóvenes del taller coincidían en algo: ésas no eran las voces que se escuchaban en televisión. Las historias les sonaban, sí, las habían escuchado una y otra vez en los programas de policiales. Pero la fuente siempre era otra. Ése será uno de los desafíos que tendrán a lo largo de los seis meses de taller: aprender a ejercer su derecho a la comunicación de manera tal de hacer escuchar las experiencias y posturas de los habitantes de sus barrios.

Después de la bienvenida y una merienda, el taller de radio empezó con algunos videos sobre experiencias comunitarias: FM Bajo Flores y Radio “La Colifata” fueron algunas de ellas. Como no podía ser de otra manera, la referencia a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue inevitable, y se discutió la importancia del pase a la legalidad de estas radios, anteriormente prohibidas.

Los talleres funcionan en el marco de un convenio entre los Ministerio de Seguridad y de Trabajo, Empleo y Seguridad de la Nación, en conjunto con la Asociación Miguel Bru. Los programas involucrados son el de “Jóvenes y Participación Comunitaria” y el programa “Jóvenes con Más y Mejor Trabajo”.

---

Aspecto de la publicación original en Infojus Noticias: