Infojus: 30 años: postales de una jornada democrática

La gente fue llegando después del mediodía, al tiempo que los puesteros se acomodaban para vender pines con próceres, remeras, nieve artificial para los festejos y distintas comidas. Las bandas de rock, las columnas políticas, y gente de todos los puntos del país confluyen esta tarde en la Plaza de Mayo.

Fotos: Leo Vaca / Sol Vazquez / Majo Malvarez / Mariano Armagno.

Cientos de personas llegaban a la plaza por Avenida de Mayo y las diagonales. Cuando empezaba a tocar la banda Arbolito, al frente del Cabildo, todavía se podía cruzar hasta Casa Rosada con facilidad. Los más chicos ya pedían a sus papás algodones azúcar y pirulines.  Sobre Reconquista, los comerciantes acomodaron las parrillas y ya se olían algunos choripanes recién hechos. Una mujer corta al medio una baguette, lleva puesto un  delantal con el lema “Hoy cocino como Cristina”.  A la espera del acto central, la calles se convierten en las trincheras de las organizaciones políticas y sociales que tradicionalmente esperan al ritmo de los bombos y con las banderas en alto para ingresar a la Plaza.

Pasadas las 17, los locutores, como bastoneros del evento, dieron inicio al acto central en el escenario frente a Casa Rosada. Estaban acompañados por distintos actores que eran los encargados de presentar a los artistas del escenario principal. El encargado de romper el hielo con el público fue el joven pianista Horacio Labandera.

Victor Heredia y Teresa Parodi fueron el segundo número musical. La alusión al conflicto policial que atraviesan algunas provincias del país fue inevitable para quienes tomaron el micrófono.

“Estamos acá para decir que queremos vivir en democracia y para repudiar los hechos vandálicos de los desestabilizadores”, dijo en cantante y compositor de “Todavía cantamos”. Parodi agregó: “Nos solidarizamos con los muertos y  quienes han sufrido esta injustificada violencia”.

En las paredes de la pirámide de Mayo, una agrupación colgó cuatro afiches con las caras de Néstor  Kirchner, Cristina Fernández, el padre Carlos Mugica y el periodista Rodolfo Walsh, los dos últimos asesinados durante la dictadura. Dos nenes de cinco y siete años practican con los bombos de sus hermanos mayores, mientras una adolescente juega a  mojarse el pelo en la fuente. Al costado, siete mesitas con tableros de ajedrez congregan a grandes y chicos para batirse en un partido. Un muñeco de telgopor representa una pieza de ajedrez y exhibe una bandera con la inscripción “Perón Vuelve”. Atrás, sobre el pasto, seis paneles tomando color al tiempo que los muralistas definen sus dibujos: mujeres de pañuelo blanco, trabajadores de casco amarillo, figuras históricas y cóndores rapaces. 

Dice la gente

El “Lechuga” subió al tren su bicicleta pintada de celeste y blanco. Se calzó su remera con la insignia “Argentina te llevo en el corazón” y llegó a las cuatro de la tarde. Vino desde Sarandí, en la zona sur del conurbano. “Cómo no voy a estar acá si es una fiesta del pueblo” dijo Lechuga, que tiene 70 años pero una vitalidad urgente. “Vengo a la plaza desde el 45 que estaba mi general Perón”, contó con un gorro de Papa Noel y una barba artificial blanca. Estaba preparado por si algún productor televisivo necesitaba de sus servicios. Lechuga es actor. Además de su bici lo trajo a Néstor, un tucán de peluche que convirtió en pingüino. Cuando lo nombra señala al cielo.

Vanessa Show, una de las travestis más famosas del país, también quiso ser parte del festejo y vino, como Lechuga, en bici. Enredada en una pomposa boa color rosa y con lentes de sol enorme Vanessa dice que viene a la plaza “cada tanto”. Celebra la ampliación de derechos, a pesar de que ella dice que nunca se sintió discriminada. “Cambiaron muchas cosas en democracia. 30 años no es poco”, expresó.

Las remeras de partidos políticos no son el patrón en esta celebración. La gente se acercó para festejar. Una de ellas es Andrea que vino desde San Miguel, al oeste del conurbano bonarenense. Cargó el carrito con su bebé en el tren y llegó hasta el centro de la Ciudad. La acompañó su cuñada con su hija. “Vinimos a ver a las bandas y pasar el día acá. Esto es una fiesta para todos. Hay música y un día espectacular que acompaña. Aprovechamos y paseamos por la Capital”, contó Andrea.

Mientras tanto, los primeros ingresos de agrupaciones a la plaza estuvieron protagonizados por caras más jóvenes que la democracia. “Abran paso llegó la JP”, vitoreaban los jóvenes de Peronismo Militante con los dedos en V en el aire.

No eran los únicos que nacieron tras el retorno de la democracia y decidieron venir a decir “Democracia para siempre” hoy.

Tomás tiene 13 años y lleva puesta la remera de la agrupación H.I.J.O.S. con el mantra de Juicio y Castigo. “Vine a festejar lo que mis abuelos no pudieron celebrar que es la democracia”, dice con lucidez y determinación. A pesar de las especulaciones que puedan desprenderse de su vestimenta, Tomás no es familiar de victimas de la dictadura. “Soy el más chico en la familia pero me interesa la política, a pesar que no tengo a nadie como referente”, explica.

José Carbonelli es un trabajador despedido de Canal 13, acompañado por otros que como él fueron despedidos, vino hasta la Plaza a celebrar pero también a denunciar. “700 despidos: Justicia ya” decían los carteles que levantaban José y sus compañeros.

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