Infojus: Concurso literario: de la novela al expediente judicial

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Concurso literario: de la novela al expediente judicial

| Fuente: Infojus Noticias | Fecha de publicación: 2013-09-29 | Por: Matías Máximo | Fecha de captura:: 2016-01-24 01:12

El premio Planeta de Novela 1997 dejó una huella indeleble en los concursos literarios. La trastienda. Qué dicen hoy los protagonistas de la disputa que llegó hasta el máximo tribunal del país.

Empezó como un concurso de narrativa y terminó en una historia contada en sendos expedientes judiciales.  El Premio Planeta de Novela 1997 terminó en la Corte Suprema de Justicia cuando Gustavo Nielsen, uno de los casi trescientos participantes, denunció a la editorial, al editor responsable -Guillermo Schavelzon- y al autor de la novela ganadora -Ricardo Piglia-, por percibir un fraude en el concurso. ¿Existió un antes y un después en los premios literarios de las grandes editoriales a partir de la sentencia del máximo tribunal?

Hay que aclarar que en el debate del juicio nunca estuvo en duda la calidad literaria de la obra de Piglia. Lo que se cuestionó fue una manipulación editorial. La trama de esta novela arrancó cuando la editorial anunció que Plata Quemada estaría en las librerías en diciembre de 1997. En el suplemento Radar del diario Página/12 del 21 de septiembre de 1997, está el anuncio: “Ricardo Piglia viajará unos días a Princeton, pero volverá a Buenos Aires cerca de diciembre cuando Seix Barral publique Plata quemada, su nueva novela, un thriller documental que reconstruye, más de veinte años después, un hecho verídico: el sangriento asalto a un banco de San Fernando”. Por alguna razón -“marketing” dijeron algunos, “adelanto encubierto”, rumoreaban otros-, el cuatro de noviembre de ese año en el Hotel Alvear el autor posó ante las cámaras con un cheque fantasía de 40 mil dólares como el ganador del concurso. La novela, que después llegó al cine en manos del director Marcelo Piñeyro, correspondió a lo adelantado: una narración de amor criminal acorde al lujo de egoísmo extremo que es el crimen.

Cuentan los expedientes del caso que “Piglia había transferido por título oneroso la producción literaria por la que cobró U 50 mil al firmar el contrato de junio de 1994 y otros U 50 mil un año después”. Aunque “dicha producción no había producido el rédito inicialmente previsto, de manera que se vislumbró la posibilidad cierta de una razonable recomposición patrimonial mediante la adjudicación del Premio Planeta 1997 a la obra de Piglia, acompañada, claro está, con amplia publicidad de méritos y difusión”.

A pesar de que la novela quedó entre las diez finalistas sin pasar por el jurado de preselección, eso no constituyó un agravante. Lo que sí tuvo en cuenta la Justicia fue el punto seis de las bases del concurso, que habilitaba como concursante a aquel que no tuviera “cedidos o prometidos los derechos de edición, publicación y/o reproducción en cualquier forma, con terceros”. Es decir, si un autor tenía un contrato preexistente por una obra, sonaría extraño que después resultase ganador. Gustavo Nielsen, uno de los participantes, se sintió estafado y radicó la denuncia.

En un artículo de la revista Trespuntos de noviembre de 1997, la periodista Claudia Acuña recoge una cita de Schavelson en la que asume el adelanto: “Es cierto que la novela estaba anunciada entre los libros que íbamos a publicar. Pero no veo contradicción con el hecho de que después se presente al premio”. La Justicia sí vio la contradicción. Piglia, Schavelzon y la editorial Planeta fueron condenados a pagar 10 mil pesos a Gustavo Nielsen, que según los jueces de la Sala G de la Cámara Civil se vio perjudicado por la manipulación del concurso literario Premio Planeta de Novela 1997. El fallo de segunda instancia —el tribunal de primera los había absuelto— fue elevado a la Corte Suprema, que denegó la apelación el 20 de septiembre de 2005.

En Francia, los escándalos literarios son mucho más frecuentes que en nuestro país. Cada vez que Michel Houellebecq saca un libro, los canales de televisión lo invitan, al mejor estilo vedettes en Argentina, a polemizar con quien se cruce. Su madre le hizo un juicio por injuriarla en la novela (Las partículas elementales), lo acusaron de plagiar a la wikipedia y lo persiguen de distintas religiones cuyos seguidores consideran que sus libros los ofenden.

Consultado por Infojus Noticias,** Piglia dijo que pasaron muchos años del caso y que cada vez se siente menos implicado en el asunto. La editorial Planeta dice que el premio se dejó de hacer en la Argentina porque hay un concurso Iberoamericano que reúne todos los certámenes literarios que antes se hacían por separado. Nielsen siente que insistir en un juicio que duró ocho años logró que “ahora los concursos incluyan un ítem que dice algo así como que pueden premiar a gente interna de la editorial. O sea: ahora estás avisado que puede ser una operación de marketing y antes no”.

 


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