Infojus: En HBO no se consigue: series policiales y judiciales para ver online

Son series argentinas de ficción producidas en distintos lugares del país, gracias al fomento económico del Estado. Algunas se emiten por tevé, pero no siempre tienen buena difusión en la prensa. Así que es posible verlas desde www.cda.gob.ar

La política de fomento a la producción audiovisual que acompañó la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual tiene resultados concretos y disfrutables: series de ficción producidas en distintos lugares del país.

Las series son muchas y no siempre se las puede ver por televisión: algunas se emiten en los canales de las provincias en las que fueron producidas, otras se emiten en los canales de la ciudad de Buenos Aires pero no siempre tienen buena difusión en la prensa. Lo mejor entonces es tipear www.cda.gob.ar en el navegador de internet y consultar el catálogo: hay buenas sorpresas. Y varias transitan los géneros policial y judicial.

Estas series y muchas otras otras que se pueden ver on line son consecuencia del Plan Operativo de Fomento y Promoción de Contenidos Audiovisuales Digitales para Televisión. Las convocatorias para acceder a estos concursos se realizan periódicamente y tienen cuotas para garantizar una distribución equitativa de esos fondos en todas las regiones del país. Los organismos estatales involucrados en este Plan son el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).

Una de misterio

Una chica y dos chicos de clase media, colegio privado e inminente viaje a Bariloche se suicidan en el curso de pocas semanas. En ocho capítulos de 26 minutos, la serie_Inconsciente colectivo cuenta una historia que arranca con una idea que se expande como una neblina: el pacto suicida.

La escuela salda su desesperación contratando un psicoanalista experto en suicidios que se instala allí para detener el efecto dominó. El licenciado Francisco Villegas, interpretado por Nicolás Pauls, empieza a investigar y muy pronto, todo pasa muy pronto en un capítulo que dura 26 minutos, él empieza a demostrar la misma capacidad deductiva que doctor House y la trama de la serie a acelerarse.

Como toda serie policial de estos tiempos, Inconsciente colectivo teje su argumento allí donde se cruzan la corrupción policial, algún tipo de poder económico con malas intenciones, los medios de comunicación y el imaginario de la inseguridad. El nombre de la serie habla, claro, más de la teoría del  Carl Jung que de Charly García: se pueden manipular los hechos pero en el largo plazo da más rédito manipular las interpretaciones.

El reparto: Felipe Colombo -el chico Rebelde Way- es el ayudante-Watson del personaje de Pauls. Y en una historia protagonizada por hombres los papeles se reparten entre Adrián Navarro, Osvaldo Laport, Boy Olmi y Gustavo Garzón. Las mujeres aquí son víctimas, madres de víctimas o amores que hay que proteger.

Mariano Hueter ideó, guionó y dirigió Inconsciente colectivo. Tiene 24 años y su carrera incluye la realización videoclips -para Ricardo Mollo y No te va a gustar, entre otros- y del programa de televisión Ficciones cortas (canal á). Cuenta que en el origen de esta serie hay un hecho real que en su momento protagonizó los noticieros pero pronto fue sepultado por la vorágine de la novedad. La serie es consecuencia del impacto que le produjo a Hueter la “ola de suicidios” de Rosario de la Frontera, en la provincia de Salta: ocho chicos de entre 12 y 14 años se suicidaron en esa ciudad durante 2010. Tres eran chicas que iban a la misma escuela. Una de ellas dejó una nota: “Todo fue tan poco”.

“En esa época en las noticias salía mucho el tema de los suicidios en Rosario de la Frontera, los chicos que se habían quitado la vida en Salta. Era algo muy fuerte. Algunos de esos chicos habían dejado un mensaje de texto. Y más allá de lo que después se supo que pasó, nosotros nos empezamos a imaginar un poco qué pasaría si eso ocurriese acá en Buenos Aires. ¿Cómo lo tomarían los medios? ¿Qué haría un colegio? Y ese fue el puntapié inicial para lanzar la serie”, contó Hueter al sitio tda.gob.ar.

Una de gángsters

Lentejuelas, criminales y un cuerpo que va a flotar en el río. Por ahí arranca ¿Quién mató a Bebe Uriarte?, ganadora del concurso de series prime time en alta definición  y protagonizada por Miguel Ángel Solá, Federico Luppi, Adrián Navarro, Juan Palomino y Eleonora Balcarce.

Bebe Uriarte, a cargo de Solá, es un médico que huyó de su profesión y se reconvirtió en un empresario de la noche con escrúpulos y una mujer que ama. Es un hombre culto y prolijo rodeado del descontrol fiestero de empresarios, políticos, jueces y policías. Enseguida va a flotar muerto en el río. Y hay 13 capítulos de una hora para desandar la trama del crimen.

“Un producto que no subestima absolutamente a nadie. Hay que sentarse a verla y te aseguro que si hacés eso, vas a entrar en un mundo en el que te vas a hacer un montón de preguntas. En cada capítulo el espectador no va a dejar de preguntarse: ¿Quién mató al bebe Uriarte?”, dice el actor Adrián Navarro que interpreta al que se convierte en el otro protagonista de la serie, el que tira del hilo del enigma, un fotógrafo al parecer un poco chantún pero con la fuerza de la intuición.

Esta producción convirtió a la provincia de Santa Fe en un set de filmación: puertos, barrios y edificios importantes de distintos lugares de la provincia son parte de las escenas. El guión de ¿Quién mató…? es de del escritor Marcelo Figueras en base a una novela policial de Rogelio Alaniz que se publicó por entregas en el diario El Litoral de Santa Fe.

Una de fronteras

Capuchino, antes psicólogo, ahora remisero. Cuarenta y muchos, trabajaba de como psicólogo en el Poder Judicial, perdió su trabajo involucrado en algún hecho de corrupción. En su devenir loser, Capuchino también está separado y vive en una pensión. Sólo tiene un auto, que su ex le regaló cual manto de piedad. El coche, tan protagonista de la serie como su dueño, se convierte en un consultorio destartalado. Capuchino habla solo y maneja siempre por el margen de algo: una ruta perdida, una pensión, las afueras, la frontera.

Los anillos de Newton es la primera serie de ficción que se realiza completamente en la provincia de Salta. Y elige ubicarse ahí, en lo local, en la idiosincrasia, una suerte de aguafuertes salteñasque relatan de manera lateral el narco, la trata de personas y la persistencia del latifundio.

“La historia es circular, al igual que los anillos de Newton. En ella, los personajes aparecen y dejan sembrada una reflexión, después, en el fondo de ese embudo aparece la respuesta. No es surrealista ni tampoco una serie donde salen cantando zamba, es la vida misma”, contó su director Rolando Pardo, un reconocido cineasta local.

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