Infojus: Gracias, León

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Gracias, León

| Fuente: Infojus Noticias | Fecha de publicación: 2013-07-25 | Por: Juan Mattio | Fecha de captura:: 2016-01-29 11:04

Murió León Ferrari. Tenía 92 años. Todos conocíamos su obra: había logrado romper el cerco del pequeño mundo del arte plástico e interpelarnos a todos. Su arte era moderno, arriesgado.

Nació el 3 de septiembre de 1920 en Buenos Aires. Su padre era un artista italiano que asoció su obra a la iglesia. Pintó frescos en una iglesia de Turín, construyó iglesias en Córdoba. A los 30 años León Ferrari empezó a trabajar la cerámica durante un viaje en Italia. Expuso en Milán.

En el ´55 volvió a Argentina. Trabajó con nuevos materiales. En 1965 realizó su obra “La Civilización Occidental y Cristiana” para el premio Di Tella. Un cristo crucificado sobre un avión bombardero estadounidense.  En 1968 participó de “Tucumán Arde” y ahí dictó una declaración de principios: “El arte no será ni la belleza ni la novedad, el arte será la eficacia y la perturbación. La obra de arte lograda será aquella que dentro del medio donde se mueve el artista tenga un impacto equivalente en cierto modo al de un atentado político en un país que se libera”.

En 1976, antes de exiliarse en Brasil, reunió un grupo de noticias sobre la represión, la tortura y los asesinatos de la dictadura. Lo tituló “Nosotros no sabíamos”. En San Pablo se enteró del secuestro de su hijo Ariel Adrián por un grupo de tareas al mando de Alfredo Astiz. Ariel fue llevado a la Escuela de Mecánica de la Armada en febrero de 1977 y su cuerpo nunca fue entregado.

Ferrari se relacionó en Brasil con artistas locales y probó nuevas técnicas: fotocopias, arte postal, litografías, videotexto. Su curiosidad, su inquietud, siempre lo mantuvieron dando saltos, buscando de un lado a otro, investigando. En 1983 retoma la crítica a la iglesia católica con una serie de collages. 

En 1985 empezó a usar estiércol de aves en sus obras. En el Museo de Arte Modero de San Pablo expuso una jaula con dos palomas que defecaban sobre el “Juicio final” de Miguel Ángel. Volvió a Buenos Aires y lo repitió con jilgueros y canarios. Ahí también mostró “La Justicia” donde una gallina defeca sobre una balanza.

Con 80 años expuso  “Infiernos e idolatrías”. En sus propias palabras la obra es “un alegato contra la tortura, divina o humana”. Una de las obras tiene a cinco cristos blancos dentro de un tostador.

En el 2009, en una entrevista al diario El País de España, dijo: “La idea del infierno se ha convertido en real para miles de millones de personas que piensan que aquel que no piensa de una manera determinada será castigado. Creo que esa intolerancia es el origen de una gran cantidad de conflictos y exterminios que se han llevado a cabo en Occidente. Por ejemplo, aquí en América cuando vinieron los españoles creían que los aborígenes no tenían alma y por eso los mataban sin contemplaciones. Algo similar ocurrió con los esclavos en África, con las brujas, con los homosexuales. El problema es que toda nuestra cultura está impregnada de esta religión y de su intolerancia. Gran parte de mi obra va en contra de esta idea del infierno difundida por la religión católica”.

El año pasado la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le otorgó el premio “Azucena Villaflor” que cada año entrega el gobierno nacional en reconocimiento a quienes luchan por la defensa de los Derechos Humanos. Junto a él lo recibieron Juan Gelman, Susana Trimarco, Edgardo Esteban, Axel Freyre, Víctor Hugo Morales y los hijos de Luis Duhalde, en representación de su padre.

Ferrari y la justicia

En el 2004 expuso “Retrospectiva” en el Centro Cultural Recoleta. Una mujer de 28 años, estudiante de Historia en la Universidad del Salvador tiró una de las esculturas de alambre y gritó: “¡Esto es una gran basura! ¿Por qué tienen que ofendernos a los católicos de esta manera?”. Dos guardias de seguridad la escoltaron hasta la puerta.

Una vez en la calle, mientras la policía trataba de identificar a la estudiante de Historia y a su novio, se metió una mujer de 50 años. “Oficial –dijo- tienen todo el derecho de expresar su furia. Este apóstata (por León Ferrari) nos ha ofendido y agredido a todos. El propio Jesús, preso de una ira santa, también echó a latigazos a los mercaderes del templo. El arte no tiene que agraviar a nadie. Pero en este caso, ni siquiera es arte.”

La denuncia de la asociación católica Cristo Sacerdote “por discriminación religiosa e incitación al odio religioso” quedó radicada en el Juzgado Criminal y Correccional Federal N° 8, a cargo de Jorge Urso. El fiscal Patricio Evers llevó adelante la investigación. Los denunciados: León Ferrari, la directora del Centro Cultural Recoleta, Nora Hochbaum; el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, y el secretario de cultura, Gustavo López.

La misma asociación presentó una medida cautelar en el Juzgado 4 en lo Contencioso Administrativo que hizo lugar y cerró la muestra durante 18 días. La reapertura se logró luego de que la Procuraduría del gobierno de la ciudad hiciera una presentación en la Cámara de Apelaciones.

León Ferrari fue sobreseído en mayo del 2005. Ese mismo año había decidido anticipar un mes el cierre de la muestra. “Estoy muy agradecido por la solidaridad de mis colegas, del público, de la mayor parte de los medios y por el respaldo institucional que hizo posible y que sostuvo la muestra. Por otra parte, los ataques, la clausura de la exposición durante diez días, junto con las amenazas de bombas que han llevado a desalojar varias veces todo el Centro Cultural Recoleta y el edificio de la OEA, crean un clima de tensión que perturba el normal funcionamiento de la institución”, explicó. 

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